Tensión, incertidumbre, angustia. Esos son algunos sentimientos que se pueden percibir entre la comunidad ucraniana, que busca la forma de salir de su país ante la escalada del conflicto generado con Rusia. A pesar de que hay varios ciudadanos que siguen tendencias prorrusas, son miles los que quieren huir de los bombardeos, las sirenas y en general del sonido de los tambores de guerra.
De acuerdo con el último dato de la ONU, serían más de 50 mil ucranianos los que han salido huyendo, rumbo hacia países cercanos como Hungría o Polonia. Sin embargo, no todos han tenido la suerte de salir pronto del conflicto. Cientos padres de familia, niños, adultos mayores, y en general la población civil, tuvieron que pasar la noche en las distintas estaciones de metro o buses, no solo para intentar salir de Kiev y otras ciudades, sino también para refugiarse. Las sirenas daban alerta de que la tranquilidad sería irrumpida en cualquier momento.
Así las cosas, familias enteras, personas mayores y estudiantes extranjeros, entre ellos latinoamericanos, se arremolinan ante las taquillas de las estaciones de tren para abandonar el país.
'No sabemos qué hacer. Billetes de tren no hay y tampoco encontramos coches, camionetas o taxis. Y las bombas se escuchan muy cerquita', comentó a la agencia Efe el panameño Garik, que trabaja en Kiev como profesor de inglés.
En la estación central de Kiev se percibía angustia. Los pasajeros miraban desesperados al tablón electrónico, ya que los tanques rusos avanzan sin remisión hasta la capital. Todos temen la repentina cancelación de su viaje en tren.
El panorama tampoco resulta alentador para los estudiantes latinoamericanos que quieren salir de Ucrania, dejando atrás los sueños y propósitos que los impulsó a aterrizar en ese territorio lejano de su país natal.
Grupos de estudiantes latinoamericanos esperaban inquietos en el andén la llegada del tren con destino a Lviv, la ciudad más importante del oeste ucraniano, situada a más de 500 kilómetros de la capital. De ahí a la frontera polaca, un paso.
'La situación está muy tensa. No he vivido nada peligroso, pero se ve que la situación está complicada', comentó Andrés, un colombiano con unos meses en Ucrania que estudia para piloto de aviación civil.
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También es el caso de Gabriel, un ecuatoriano que estaba estudiando ucraniano y que quiere especializarse en producción de vídeo y dirección de series de televisión.
'Lviv es más seguro que la capital. Aquí las alarmas suenan todo el rato', señala.
Las autoridades colombianas y ecuatorianas les han recomendado que se alejen 'lo más posible' de la capital.
'¡Váyanse de ahí!', les han dicho también sus familias, que sonaban muy preocupadas al otro lado del teléfono.
Un viaje a ninguna parte
La invasión rusa también cogió desprevenidos a profesores de idiomas y viajeros errantes. Es el caso de Garik, cuya madre, 'pobrecita, casi se muere del dolor'.
Le acompaña Lucas, un argentino que viajaba con sus bártulos por Europa.
'Estoy muy sorprendido. Pensé que esto era sólo algo político y que iba a morir ahí, pero siguió. Y ahora está empezando todo', comentó.
Ahora, el objetivo es salir del país: 'Cualquier país, Polonia o Hungría. El que esté más cerca'.
Les acompañan otros dos profesores de inglés de Inglaterra y Sudáfrica, también decididos a dejar Ucrania antes de la llegada del invasor.
'Estoy asustado. Tengo que llegar como sea a la frontera polaca. Mi familia está muy preocupada. Tengo que tranquilizarlos de alguna forma', señaló el sudafricano Johan.
Un inglés, estudiante de medicina en Kiev desde hace cuatro años, intenta racionalizar la situación.
'Como extranjero, estoy consumiendo recursos vitales para la defensa del país. Estoy tranquilo, pero debo irme', señaló Mortazar.
También hay muchos estudiantes africanos, algunos con niños pequeños, desde libios a nigerianos, congoleños, cameruneses, además de pakistaníes.
'¿Has oído? Otro bombazo. Hay que marcharse aquí pero ya', interrumpe Garik.
De Donbás a Polonia
En el tren nocturno procedente del este de Ucrania, del Donbás, viajan varias mujeres con hijos que temen por sus vidas. Sus maridos se han quedado atrás.
'Me tuve que ir en tren, ya que en coche era imposible. Las carreteras estaban colapsadas. Quiero irme a Polonia. Tengo que pensar en mi hija. Tengo familia en el norte de Rusia, pero no piensa irme allí', comentó Zhenia.
Asegura que en el este prorruso mucha gente está cansada del presidente ruso, Vladímir Putin.
'En el Donbás también hay muchos que no lo queremos. Rusia es una dictadura. Sólo hay que mirar a los ministros y asesores de Putin. Están todos amedrentados. ¿Y la propaganda? Dice que los rusos han venido a eliminar a los neonazis ucranianos ¡Increíble!', insiste.
Colombianos en medio del conflicto
El conflicto no solo ha afectado a los europeos que se encuentran en Ucrania, sino también a colombianos que fueron con un propósito y ahora están en medio del conflicto. Ese es el caso de Laureano Mestra, un médico monteriano que trabaja para la Organización Mundial de la Salud, OMS, quien narró cómo se vive la guerra en Ucrania en momentos en que se produce la inminente invasión rusa.
En entrevista con medios nacionales, el epidemiólogo cordobés dijo que la ofensiva rusa lo sorprendió en un hotel de la ciudad de Kiev, donde vive desde el pasado 10 de enero.
'Estamos en alerta para evacuación, pero es un escenario bastante complicado porque los aeropuertos están cerrados, no hay trenes, y las carreteras están colapsadas; hemos tenido contacto con el embajador en Polonia, él tiene la voluntad de ayudar a los colombianos, pero la única forma es llegar hasta la frontera que está a 10 horas en tren', dijo el médico monteriano.
Por su parte, el futbolista barranquillero Gilmar Bolívar, jugador del Karpaty Halych, de la segunda división del balompié de ucraniano, vive una 'pesadilla' en el país europeo, tras el primer avance militar ruso.
El colombiano mostró su angustia mediante su cuenta de Instagram, donde dejó ver el temor que tiene por la situación.
'Son momentos de mucha tensión, pido a Dios que esto acabe pronto, parece una pesadilla. Gracias a todas las personas que se han comunicado conmigo, he sentido el apoyo. Primero está la vida y el ser humano, No tengo nada que reprocharle al fútbol, solo darle las gracias por traerme hasta acá, Dios tiene el control', escribió.
De acuerdo con la Cancillería de Colombia, el registro de colombianos en Ucrania ascendió a 188, sumados 31 familiares, para un total de 219 personas.
Reportó en este sentido la cartera diplomática que en las últimas horas, tres connacionales fueron asistidos en el punto de frontera ubicado en Polonia, dos más, ingresaron a Hungría y Eslovaquia. Y en total 59 colombianos han salido de Ucrania, desde que inició la reciente crisis con Rusia.
'El Gobierno continúa el acompañamiento y la orientación para la evacuación de los colombianos. Debe tenerse en cuenta que por las medidas de excepción impuestas y la tensa situación, se presentan dificultades de transporte en Kiev, lo cual dificulta el desplazamiento de las personas hacia las fronteras', se lee en el documento.


