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La cumbre entre Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong Un, centrada en la desnuclearización, terminó abruptamente ayer en Hanói sin un acuerdo porque según el presidente estadounidense Pyongyang quería el levantamiento de todas las sanciones.

El objetivo de la cumbre era concretar los resultados de su primera reunión histórica de junio en Singapur, pero Kim y Trump no lograron acordar la declaración conjunta inicialmente prevista.

'A veces hay que irse, y esta es una de esas veces', declaró a la prensa un Trump inusualmente pesimista al término de la reunión. 'Básicamente ellos querían el levantamiento de todas las sanciones y nosotros no podíamos hacerlo'.

En una inhabitual rueda de prensa en Hanói, el canciller norcoreano Ri Yong Ho aseguró que Pyongyang hizo una 'oferta realista' en la cumbre y que Corea del Norte buscaba un levantamiento de sanciones parcial, y no total.

Pyongyang ofreció 'desmantelar permanente y completamente todas las plantas de producción nuclear' de su complejo de Yongbyon si Washington retira las sanciones 'que obstaculizan la economía civil y el sustento de nuestro pueblo', sostuvo.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, elogió ayer la cumbre entre Donald Trump y Kim Jong Un, al calificarla de 'diplomacia valiente', a pesar de que no se logró ningún acuerdo, y manifestó su esperanza de que prosigan las conversaciones.

Guterres 'aprecia el esfuerzo efectuado en esas discusiones, al margen de los resultados', dijo el portavoz de la ONU Stephane Dujarric.

'Una diplomacia valiente ha establecido las bases para avanzar hacia una paz sostenible y la desnuclearización completa y verificable de la península coreana', agregó.