Fiscalía señala una “relación sistemática” que vincula a seis víctimas con ‘el Satánico’
En los informes realizados por la Fiscalía contra Tomás Maldonado Cera y su presunta relación con otros seis crímenes aparte del de Brenda Pájaro se revelan cercanías de lugares de residencia y de muerte.
En el reporte que tiene la Fiscalía sobre los seis casos ocurridos entre 2002 y 2004, y al cual estaría vinculado como posible autor Tomás Manuel Maldonado Cera, se determinó una relación sistemática entre las residencias de dichas víctimas y los sitios donde fueron encontrados sus cadáveres.
Por ejemplo, en los casos de Roberto Antonio Bolaños Ortega, asesinado en 26 de julio de 2002; el de Aida Rocío Antolinez Lizarazo, asesinada el 21 de septiembre de 2003 y Yilibeth Yirina Majarrés Almarales, todos fueron ubicados en el sector de Punta Roca, jurisdicción de Puerto Colombia (Atlántico).
Otros dos casos ocurridos en 2002, los de Yeison Ariza Banquéz, asesinado el 18 de septiembre y Miguel Alfonso Gil Rodríguez, asesinado el 29 de noviembre, sus cuerpos fueron encontrados en la vía al municipio de Salgar, el primero en el carrera 51B con Km 7 y el otro a la altura de Lagos de Caujaral.
Luego en los casos de Rolando Romero, asesinado el 5 de septiembre de 2002 y el más reciente, el de Brenda Inés Pájaro Bruno, asesinada el 25 de julio 2018, ambos fueron encontrados en cercanías a la vía Circunvalar. El primero del lado de la carrera 38 y el segundo del lado de Miramar.
Otro detalle que llamó fuertemente la atención de los investigadores, es que tres de las víctimas vivían en el mismo barrio en que se crió Maldonado Cera, la casa familiar ubicada en la calle 38 con 1H en el barrio El Milagro, suroriente de Barranquilla
Aida Antolinez, conocida como la cachaca, residía en la calle 40 con carrera 56 en Villa del Carmen, II Etapa, barrio contiguo a El Milagro. En mismo barrio, justo al lado de la casa de los padres de Maldonado vivió Yeison Ariza y Miguel Alfonso Gil Rodríguez, también vivía en El Milagro, una cuadra después de la casa de la familia del hoy procesado, en la calle 37F.
Con esto, las autoridades infieren un patrón de conducta que determina una relación sentimental con las femeninas asesinadas, así como la particularidad de la orientación sexual de los masculinos, además de una relación amistad/romance en todos los siete casos.
