El Heraldo
Jairo Medina Vega.
Judicial

Caso Liliana Segovia: un cuento de ‘hadas’ que lo habría acabado la envidia

 La víctima de 36 años desapareció el lunes 28 de febrero luego de llevar a su sobrino al colegio.

La Fiscalía y el Gaula rastrean los movimientos bancarios de Liliana Segovia Navarro y también están tras la pista de las personas que, al parecer, dieron la información a Jairo Medina Vega para que cometiera el hecho. Este medio conoció que el capturado reconoció su participación en el crimen, pero autoridades no creen de un todo la versión expuesta.

La envidia es uno de los siete pecados capitales, definidos por el catolicismo como la agrupación y categorización de las faltas humanas, y ese pecado capital habría sido uno de los factores determinantes que derivó en el asesinato de la momposina Liliana Segovia Navarro, ocurrido días atrás en Barranquilla.

Segovia Navarro, de 36 años, desapareció el lunes 28 de febrero luego de llevar a su sobrino al colegio y su cuerpo fue hallado sin vida el miércoles 2 de marzo, en una zona enmontada de Tubará.

Por su asesinato y por el robo de una lujosa camioneta Nissan de su propiedad, el Grupo Gaula de la Policía capturó la noche del domingo 6 de marzo a Jairo Medina Vega, como el principal sospechoso.

Al hombre, de 30 años, le legalizaron captura por los delitos de homicidio y hurto agravado la noche del lunes 7 de marzo y este martes 8 salió a la luz una versión de que este, al parecer, habría aceptado su participación en el crimen. Así lo expresó en un interrogatorio ante la Fiscalía, que se filtró a los medios de comunicación.

Es decir, menos de ocho días, las autoridades aparentemente han logrado, por lo menos, hallar a uno de los responsables del hecho criminal que conmovió a parte de la comunidad del barrio Boston, donde vivía la mujer, así como a los habitantes de Mompox, Bolívar, de donde era oriunda.

Medina, según su testimonio, actuó solo. Sin embargo, para las autoridades hoy puede existir la complicidad de terceros que le habrían dicho al capturado, inicialmente, que la mujer manejaba buenos recursos en dólares porque recibía parte de una pensión que le daba su pareja: un hombre de más de 90 años, de doble nacionalidad, para el que ella inicialmente trabajaba como empleada doméstica y con el que luego se casó. Lo segundo, lo vulnerable que esta podría llegar a ser, en sentido de que prácticamente se mantenía sola, pues solo atendía a un sobrino menor de edad del que se hizo cargo y al hombre de la tercera edad.

El primer encuentro

Jairo Medina Vega conoció a Liliana Segovia, de acuerdo con lo recopilado por el Gaula de la Policía y la Fiscalía, en un asado en el edificio donde residía la víctima. Ese encuentro se dio alrededor de dos meses atrás.

Medina Vega, al parecer, habría llegado al lugar invitado por unos conocidos y, al escucharles a estos sobre la boyante situación de Liliana debido a su cuento de hadas muy real, se interesó por conocerla. No era para menos, en esa conversación supuestamente se habló de la camioneta Nissan Xtrail último modelo, comprada por la mujer en diciembre; de sus recursos en una cartera virtual llamada ‘MetaMask’, con 10.050 dólares, así como sus cuentas bancarias a las que mensualmente les caía “plata”, producto de la relación con el “viejo”.

A partir de ese momento, al parecer, hubo un acercamiento entre Liliana y Jairo que luego, con el paso de los días, llegó a tener algo de solidez cuando el hoy capturado le propuso a la víctima hacer un negocio con las llamadas ‘criptomonedas’.

De acuerdo con el Gaula de la Policía, de ese supuesto negocio también sabían las personas que invitaron a Medina al asado y que conocían de los movimientos bancarios de la mujer.

El hecho

En la declaración de Medina Vega, la cual fue confirmada a este medio por el mayor Diego Molina, comandante del Grupo Gaula de la Policía, este supuestamente manifestó haber citado a Liliana Segovia el día 28 de febrero para plantearle la negociación virtual, pero además, para quitarle a la fuerza la camioneta de placas KQV-902, modelo 2022, que ya tenía negociada con terceros en Valledupar desde el 24 de febrero.

Para ello, el hoy capturado le pidió a Segovia que llegara después de 7:00 de la mañana a la parte de atrás del Parque del Sol, situado en la carrera 39 con la calle 73, en el sector de Betania, y la mujer accedió al encuentro. Ella iba engañada, pues, supuestamente, le habían propuesto invertir ‘criptomonedas’ para convertir los 10.000 dólares, en unos 30.000 de la misma moneda.

Ese lunes, Jairo atendió a Liliana en un vehículo de su propiedad y le habría pedido que le mostrara la aplicación con las monedas virtuales, por lo que la mujer sacó su celular y empezó a mostrarle la aplicación.

En ese instante, el sujeto habría aplicado la fuerza para reducir a la mujer y posteriormente asesinarla; además le quitó el dinero y, a la postre, el vehículo.

Algo que no cuadra

En diálogo con este medio, el mayor Diego Molina, comandante del Gaula, señaló que aunque el sujeto haya rendido una declaración ante las autoridades y se haya atribuido el hecho, para él y los investigadores de su dependencia algo no cuadra en esa confesión.

“Él (Jairo Medina) la había citado para el día viernes 25 de febrero, pero el día viernes ella (Segovia) no le salió. Entonces, volvieron a hablar el día lunes 28 de febrero. El sujeto está parqueado en la puerta de la casa de la víctima muy temprano y la llama por teléfono para que se vean, para proponerle el negocio. Ella accede, y él le pone el lugar de la cita”, relató el oficial, basado en el interrogatorio del capturado.

Seguidamente, según el testimonio, “la mujer llega en su carro y se sube al carro del muchacho, ahí hablan del negocio, porque van a multiplicar la plata. Y cuando ella se da cuenta de que le están quitando la plata, empieza un forcejeo y es ahí donde la asfixia”.

Posterior a eso, de acuerdo con el oficial, el sujeto habría dicho ante las autoridades que su “intención no era matarla”, pero después mencionó: “se me fue la mano porque la ahorqué con el brazo derecho”.

Luego del asesinato, a pesar de que ocurrió por la mañana y ante el tráfico de personas, Medina señaló que metió el cadáver en el baúl de su carro, tras rodar la silla trasera hacia la parte de adelante.

“Él (Medina Vega) va y guarda su carro en su casa en el barrio San José con el cadáver de Liliana adentro, y posteriormente regresa a buscar la camioneta de ella, parqueada en Betania. Se la lleva para Valledupar porque ya estaba negociada desde el miércoles 24 de febrero. Ese mismo 28 regresa en horas de la noche de Valledupar y llega a su casa. Se acuesta con su esposa y sus dos hijos, y al otro día (martes 1 de marzo) se levanta normal y se va a hacer unas diligencias en otro carro. A las 6:00 de la tarde, regresa a la casa, busca el cuerpo y se va a dejarlo donde lo encontraron el miércoles 2 marzo”, expresó el comandante, según el testimonio del capturado.

Sin embargo, para este y para su grupo de investigadores existen razones para determinar que el detenido no actuó solo y, más allá, que a su historia le falta un pedazo.

“Ahí tiene que haber participación de otras personas porque realmente es muy difícil que una sola persona haga todo eso. Es muy difícil”, repitió el oficial.

Esto teniendo en cuenta que además el sujeto aseguró en su testimonio que luego de que la mujer perdió la vida, le pegó la cinta pegante en la boca, le puso la bolsa en la cabeza y metió el cuerpo en el baúl del carro. Luego de eso, es decir 24 horas después, “metió el cuerpo sin vida en un tanque plástico” en su casa de San José, delante de su familia, para que no lo vieran y así poderlo trasladar hasta Tubará.

“La misma investigación no para ahí, así él haya dicho que lo hizo solo a nosotros nos genera la duda que haya actuado de esa manera. Por eso la investigación sigue para determinar si hay otras personas que actuaron con él, pese a que esta persona asumió toda la responsabilidad”, aseguró el jefe del Gaula, en diálogo con EL HERALDO.

Audiencias

El lunes anterior, el juez décimo Penal Municipal, Manuel Augusto López, encargado de las audiencias preliminares contra el capturado, dio legalidad al procedimiento de los investigadores que actuaron luego de que un informante diera luces vía telefónica sobre el paradero del sospechoso.

Posterior a ello, el fiscal 11 de la Unidad de Alertas Tempranas y Homicidios, Rodrigo Restrepo, líder de la investigación y comisionado para presentar al capturado de manera virtual ante el juzgado, pidió posponer el resto de audiencias preliminares, en virtud de la recopilación de material probatorio en contra de Medina Vega.

Además, en medio de la diligencia virtual, el fiscal dejó entrever que había una posibilidad de un preacuerdo entre el capturado y el ente investigador por el testimonio que había entregado horas antes ante su despacho, en la URI de la Fiscalía, y del que también fueron testigos el Gaula y el abogado defensor.

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