Hablar del amor de una madre por sus hijos es hablar del amor incondicional, quizá el más grande que existe en el mundo. Lo que le transmite una madre a sus hijos inspira cuentos, películas novelas y grandes historias.
Sin embargo, relatos de madres con sus hijos en ocasiones pueden ser trágicos, incluso fatales. Así es la historia de Andrea Yates, una mujer residente en Texas, Estados Unidos, que ahogó en una bañera a sus cinco hijos.
El caso, ocurrido en la década de los 2000, dejó conmocionado al pueblo estadounidense, y por cómo se dio, dudas con respecto al tratamiento que debe tener la salud mental.
La mujer en cuestión nació en Hallsville, Texas en 1964, creció en una familia devota en la que ella era la mejor de cinco hijos, fruto de sus padres: Jutta Karin Koehler, un inmigrante alemán, y Andrew Emmett Kennedy, un hombre de origen irlandés.
Andrea creció con una niñez donde se formó con excelentes calificaciones en secundaria, incluso siendo la mejor en su clase. Hasta en los deportes figuraba, siendo capitana del equipo de natación.
No obstante, según los relatos de familiares, apenas siendo adolescente empezó a presentar los primeros síntomas de deterioros en salud mental y física. Tenía bulimia, trastorno alimenticio y psicológico, mientras que fue mostrando ideas suicidas a los 17 años.
A pesar de muestras sobre su deterioro mental, Yates logró estudiar enfermería en la Universidad de Houston, donde se graduó en 1982. En su profesión trabajó desde 1986 hasta 1994 en MD Anderson Cancer Center, donde desarrolló, según sus compañeros, sus ocupaciones de manera normal.