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Como si quisiera participar en algún evento virtual para poner a carnavalear en sus hogares a su fanaticada, Jorge Oñate ha dado grandes muestras en su proceso de recuperación. Luego de 25 días de permanecer internado en la Clínica Cardiovascular del Cesar, ‘El Jilguero de América’ despertó. Así lo confirmó a EL HERALDO Mario Puerta, quien hace parte del equipo de trabajo del artista.

'Dios sigue haciendo su obra, en la tarde de este viernes abrió los ojos, se mantuvo un rato consciente, lo sentaron y realizó algunas señales. Aún no ha logrado hablar, pero se vienen dando las cosas de manera favorable', explicó Puerta.

El hombre de confianza de Oñate indicó que desde el lunes comenzaron a bajarle las dosis de sedantes y por eso ha logrado despertar. 'Lo que viene ahora es su recuperación y sus terapias, nuestro equipo y especialmente sus familiares están muy contentos porque ha reaccionado y el último parte médico es bastante alentador'.

Según el último reporte entregado por el Instituto Cardiovascular del Cesar la tarde del jueves 11 de febrero, Jorge Oñate superó las fases agudas de sus patologías, pero todavía continúa en UCI y su pronóstico reservado.

'Durante su estancia ha tenido afectación de varios órganos y sistemas. En este momento ha superado la fase aguda de algunas de esas patologías, pero continúa recibiendo tratamiento para otras complicaciones que han surgido en su evolución. Por la severidad de las afecciones que ha presentado maestro Jorge Oñate, continúa con pronóstico reservado', se lee en el comunicado.

En oración permanente

De momento los ‘oñatistas’ siguen orando para que pronto ‘El Ruiseñor del Cesar’ vuelva a alegrar con su canto a su fanaticada. Precisamente uno de los que permanece aferrado a Dios es el acordeonero Miguel López, el quinto Rey Vallenato y a quien Oñate ayudó a coronarse en el festival Vallenato con su canto y notas de su guacharaca en 1972, superando a Andrés Gregorio Landero Guerra y Julio Enrique de la Ossa Domínguez, quienes ocuparon el segundo y tercer lugar, respectivamente. El cajero Pablo López fue el complemento perfecto.

'Todas las noches antes de acostarme leo la Biblia y le pido a Dios por Jorge Oñate, porque sin Dios no hay nada. Sin Dios es como tener el acordeón cerrado'.

Sobre ese anhelado triunfo Miguel López, dijo. 'Jorge Oñate partió en dos la historia del Festival de la Leyenda Vallenata porque además de tocar la guacharaca, cantó. Muchos dicen que fui el Rey Vallenato mudo, pero era que no podía desaprovechar esa ventaja'.

Entonces lo corroboró con una pregunta que enseguida respondió. '¿Con ese mampano para qué iba a dar a conocer mi voz?. No hacía falta'.