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La neozelandesa Susan Marshall y el finlandés Ashprihanal Aalto llevan 46 días corriendo una media de 95,5 kilómetros al día (59,6 millas) alrededor de un colegio de un extrarradio de Nueva York, para tratar de completar las 3.100 millas (4.989 kilómetros) de la ultramaratón más larga del mundo.

Una prueba física, mental y espiritual, como aseguran sus organizadores, que nació en 1997 y que este año pone al límite a doce corredores, que aún tienen seis días para llegar al final de su viaje.

La cara resecada de Aalto y su cuerpo enjuto son el vivo reflejo de la dureza de esta prueba en la que 'lo importante es no perder el tiempo'

Aalto cuenta a Efe a la carrera que lleva 20 días haciendo 70 millas diarias (112,6 kilómetros) y que si hoy cumple con su objetivo terminará en segunda posición, por detrás del italiano Andrea Marcato, que cruzó la meta el lunes tras 44 días de marcha.