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Lo que empezó como una fiesta, terminó, una vez más, en tristeza y sinsabor. Colombia volvió a dejar a su afición con las ganas de celebrar un triunfo, como ya lo hizo recientemente en los partidos ante Ecuador y Paraguay, por la Eliminatoria.

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El empate sin goles de este viernes ante Perú hace mella en una hinchada que apoyó, apoyó y apoyó, pero no encontró respuesta en el campo, porque el equipo volvió a tener un partido para el olvido.

Desde bien temprano los aficionados colombianos de todo el país comenzaron a llegar al ‘Coloso de la Ciudadela’, sufriendo, por momentos, con el inclemente sol y calor que cubrió la ciudad en horas de la tarde.

Pese a los últimos tropezones, se respiraba un aire optimista en los hinchas, que veían el partido ante Perú, de local, como la oportunidad perfecta para sumar esos tres puntos que hubiesen dejado a Colombia con pie y medio en el Mundial de 2026.

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El partido empezó y la afición se metió en ‘la película, apoyando sin parar y celebrando ansiosa cada aproximación de ‘la Amarilla’, que careció de claridad para generar opciones de gol.

El cronómetro pasaba y el gol no llegaba. Eso hizo que la hinchada se impacientara y se escucharan los primeros silbidos de la tarde, esos que se intensificaron un poco al término del primer tiempo.

Sin duda alguna había inconformismo en en los hinchas, que exigían a gritos cambios para la segunda parte, teniendo en cuenta que el tridente de ataque, conformado por James Rodríguez, ‘Cucho’ Hernández y Jhon Jáder Durán, no estaba funcionando.

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La etapa complementaria fue más de sufrimiento que de goce. El gol no llegaba y ya la gente empezaba a perder fuerza. James pidió ánimo y el público respondió, pero en el campo, nada de nada.

“¡Sí se puede! ¡Sí se puede!”, empezaron a gritar una y otra vez para animar a una reacción de los dirigidos por Néstor Lorenzo.

El público celebró cada cambio de Lorenzo, especialmente cuando ingresaron Marino Hinestroza y Jaminton Campaz, pero también criticó el hecho de que James jugara los 90 minutos, ya que se veía perdido y sin aportar el fútbol que se le conoce.

Al final, otro empate ‘aguafiesta’ y otro partido sin poder celebrar un triunfo. Punto que suma, pero que vale poco para la afición.