En los terrenos pelados del Inem, en Soledad, los hermanos Cañarete se divierten con la pelota. Hace más de dos décadas que colgaron los guayos, pero no pareciera. Leopoldo Concepción, de 68 años y Luis Francisco, de 69, continúan dejando pinceladas de su fútbol certero, pero ya no en el tapete verde del Romelio Martínez, vistiendo la camiseta del Junior- como en la década del 70- sino, en las canchas de barrio, donde aún resuenan sus anécdotas con el Tiburón.
Los Cañarete hicieron parte del equipo rojiblanco del año 1972, que dirigió el técnico brasileño Marinho Rodríguez de Oliveira y que finalizó de tercer lugar del Campeonato Colombiano, con un record de 16 fechas sin perder.
La disciplina y la eficacia en aquel Junior eran las características principales de Leopoldo y Francisco, quienes, sencillamente, no olvidan el año viejo, que les ha dejado cosas muy buenas.
El fútbol sigue siendo parte fundamental en sus vidas, colmadas de hijos, nietos y bisnietos. Sus fuerzas, direccionadas al esférico, pero esta vez, no para cumplir sus sueños, sino enseñar a otros a hacerlo.
¿Qué hay de la vida de los hermanos Cañarete?
Leopoldo: Actualmente soy docente de la Universidad del Atlántico de Educación Física. Trabajé con Junior hasta el año pasado en las categorías menores. La gran mayoría de muchachos que han surgido en equipos profesionales los hemos ‘manoseado’: Macnelly, Vladimir Hernández, Valenciano.
Francisco: Estoy trabajando con la Secretaría de Deportes hace 14 años, siempre en contacto con los jóvenes de escasos recursos y de barrios marginales que quieren superarse.
¿Cómo están su familias?
L: Creciendo. Dentro del matrimonio tuve 4 hijos y por fuera, otros dos. Por ahí tengo 9 o 10 nietos y 1 bisnieto.
F: Yo he sido más inquieto que Leopoldo (risas). Tengo 14 hijos, 18 nietos y 2 bisnietos. Me los disfruto mucho.
¿Cómo inician su carrera futbolística?
L: Me llamaron para trabajar en una empresa porque querían que jugara con ellos y allí fui campeón, luego pasé a Almena Tropical (1968) y fuimos campeones, de ahí fui al Oro Negro y clasificamos, vine a Barranquilla y seguí con la empresa hasta que llegué a Junior.
F: Jugué en el Santa Fe, (1967), de ahí pasé al Tolima hasta el 1969, en el Unión (1970), con opción de compra, pero Junior se adelantó, y allí estuve del 1971 al 1977. Después fui a Bucaramanga por 5 años.
¿Qué es lo que más atesoran de Junior?
L: Lo que más recuerdo y atesoro es algo que en ese entonces me preocupaba, porque yo apenas era bachiller. Un día Fuad Char se aparece en un entrenamiento y nos ofrece una beca. Nosotros rompimos el paradigma de estudiar y jugar el fútbol profesional.
F: Estar 7 años ahí. Junior me deja grandes compañeros, buenas vivencias. Los recuerdos son lo que más guardo.
¿Qué características los destacaban como futbolistas?
L: Yo fui puntero derecho, y eso que inventaron ahora de los carrileros, yo lo hacía en el 1968. Tenía una virtud, que no me cansaba, y eso me dio la oportunidad de cubrir varias posiciones.
F: Yo jugaba en Consolación (1965) y me pusieron de arquero porque era el más malo, pero lo hice bien. En 1967 cuando fui para Bogotá, con Santa Fe, salí de defensa central y luego terminé de lateral, después medio campo y volante ofensivo. Solo me faltó ser goleador (risas).
¿Alguna anécdota que guarden con cariño?
L: Yo trabajaba en una empresa de curtiembre y jugaba en Junior. A veces cuando los entrenamientos eran a doble jornada no podía ir y entonces me ponía a correr allá. Los trabajadores se burlaban y me ofendían. Cuando iba a debutar, en 1972 en Bogotá, ante Millonarios, nadie me creyó que jugaba en Junior. Ese día empatamos y cuando regresé al trabajo todos los obreros esperaban al man que jugaba en Junior ¡Era yo, el que ofendían!
F: Recuerdo que una vez Junior jugaba en Cali y un jugador, Machado Da Silva, fue en vestido entero y sin medias. El profe lo vio y lo devolvió. A mí, que estaba descansando, me tocó viajar para jugar porque el otro no llevaba medias. Otra historia que recordamos mucho es la pelea con Édgar Perea. El decía que Junior iba a jugar bien cuando quitaran ese tapón (yo). Se le acabó la fiesta conmigo cuando hice un buen partido, entonces fue al camerino, me felicitó y me invitó a comer carne.
¿Por qué se alejan del fútbol profesional?
L: Yo me alejo del fútbol por una lesión en la rodilla derecha, en una época donde no había la sofisticación médica (1974). Nada más para saber qué tenía me inflaron la rodilla como un neumático.
F: En 1982 no quise jugar más. Yo quería entrenar y enseñar. Me alejo y empiezo a entrenar en Barrancabermeja.
Pero siguen jugando fútbol...
L: Esta es una pasión que no podemos dejar. Todavía jugamos y lo hacemos en un torneo de veteranos, con Fiorillo, Saltarín. Yo soy volante 6 y sigo teniendo ese gran estado físico.
F: Jugamos todas las semanas, sábados y domingos. Somos todos exjugadores de Junior. Juego de defensa central o a veces lateral. La idea es integrarnos y pasarla bien.
'En el Junior actual hay muchos distractores'
¿Qué significa el Junior en sus vidas?
Leopoldo: Es la institución que me permite ser un profesional, que me da la oportunidad para jugar al fútbol. Somos hinchas de este equipo y nos representa mucho. Lástima que la institución descuide a quienes les hemos brindado tanto.
Francisco: Allí tengo la oportunidad de jugar con mi hermano Leopoldo, estar en Junior me ha dejado grandes momentos.
¿Qué análisis hacen del Junior actual?
L: Si hacemos un paralelo, yo creo que en el Junior actual hay muchos distractores. Antes nos concentrábamos para un partido. No comparto que antes de jugar el futbolista esté mirándose en el espejo, pintándose las cejas, hablando por celular, porque desconcentra y te resta. Antes uno se echaba agua en la cara y se daba una palmada para despertarse, teníamos más actitud y responsabilidad.
F: Yo comparo la época mía con la actual. Antes Junior perdía y el estadio se llenaba más el otro domingo para apoyar. Y pienso igual que Leopoldo, nosotros nos concentrábamos en el partido, no nos distraíamos tanto.
¿Cómo observan a los jugadores que pasaron por sus manos (Vladimir, Macnelly, Bacca)?
L: Muchos se jactan diciendo que los formaron, yo no. Destaco no solo el talento futbolístico sino los valores de jugadores como Vladimir. Es responsable, una persona de bien, así como Macnelly y Bacca.
F: Comenzaron de abajo y se han superado. Su fútbol se sobrepone a la situación económica que enfrentaban. Hay que aplaudirlos.
¿Algo que les hizo falta por hacer en Junior?
L: Trabajé 17 años en las menores en Junior y me capacité buscando espacio pero no lo tuve y eso me deja un poco frustrado. La gente me preguntaba que porqué yo no estaba arriba dirigiendo.
F: Me faltó ser campeón. Fuimos subcampeones dos veces. Pero en 1977 yo me había ido, eso me defraudó.