Compartir:

Francia y Alemania, dos campeonas del mundo, se enfrentarán hoy con el Maracaná como escenario, con la semifinal como premio y dos trayectorias encontradas; mientras los de Didier Deschamps respiran armonía, al conjunto de Joachim Löw le han surgido las primeras dudas.

El contencioso franco-alemán se extiende durante 25 partidos y más de 80 años. Es un clásico que va desde el 15 de marzo de 1931, cuando Francia se impuso por 1-0 en París, hasta el 6 de febrero de 2113, también en la capital francesa, con victoria alemana (1-2).

Ahora, este duelo se traslada a Maracaná para honrar uno de los partidos más atractivos del Mundial; el aspirante que ha ido creciendo durante el torneo frente a un favorito que debe ratificar su condición.

Deschamps, seleccionador francés, recurrió a su ascendente sobre unos jóvenes que admiran su trayectoria de campeón del mundo y le dio confianza a Karim Benzema, quien en ausencia de Frank Ribery parece haber asumido la condición de líder. Cuatro años después del motín que acabó con Raymond Doménech, les bleus son una máquina. O lo parecen.

Alemania, sin embargo, empieza a caminar en sentido adverso. Lo que antes parecía claro, se cuestiona, porque la victoria en la prórroga sobre Argelia (2-1) hizo daño a un equipo que galopaba en su condición de favorito.

Joachim Löw ha tenido que defender a Phillip Lahm. O más concretamente, su posición de centrocampista, algo que considera 'irrenunciable'.

Lahm, que ya con Pep Guardiola pasó al centro del campo desde el lateral derecho, ocupa la plaza que debía ser de Sami Khedira, pero un puesto menos en el centro del campo trastoca el dibujo alemán y envía a Mesut Özil a una banda. El flojo rendimiento del exmadridista, el máximo goleador alemán en la fase de clasificación, alimenta el debate.

'Özil fue el mejor en 2010 (Mundial) y 2012 (Eurocopa), no puede olvidarse eso. No entiendo las críticas a Özil y Lahm. Yo tengo fe en mis jugadores', ha dicho Low.

El técnico alemán ha recuperado a tiempo a Matt Hummels, ausente por un proceso gripal ante Argelia y ahora imprescindible, tras la grave lesión muscular del central del Sampdoria Shkochar Mustafi. Además, podría dar entrada desde el inicio a Andre Schürrle, autor del primer gol en la prórroga, en detrimento de Mario Götze.

Deschamps también respira con la vuelta a Mamadou Shako al eje de la zaga y está pendiente de la evolución de Mathieu Debuchy, con molestias. Si no se recupera su puesto lo ocupará Bakary Sagna.

En ataque, mientras, también baraja la opción del jugador de la Real Sociedad Antoine Griezmann, que fue el revulsivo ante Nigeria, en sustitución de Olivier Giroud.

La serie está abierta y solo un titán seguirá de pie.

Un duelo muy parejo

Tanto alemanes como franceses llegan, estadísticamente, en paridad. Ambos han ganado tres partidos y han perdido uno, los galos han anotado diez goles y los germanos nueve, y en el balance de tantos recibidos el conjunto de Didier Deschamps tiene dos, y el de Joachim Löw, tres.

Los germanos son el equipo más limpio del torneo, con tan solo dos amarillas y 39 faltas cometidas, por las cinco cartulinas de los

franceses y las 47 faltas.

Alemania ha corrido más, 468,8 kilómetros, por los 427,9 de Francia, que ha disparado 77 veces, once más, aunque solo ha protagonizado dos ataques más que su rival.