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El sonido de los tambores africanos retumba en un golpeteo que invita al cuerpo a contonearse en medio del calor del entorno y el olor a comida; el bullicio de la gente en romería y, en la esquina, las luces brillantes que emanan del estadio atraen a los amantes de la pelota caliente: la cultura carnavalera se junta y se siente, el estómago grita tradición gastronómica, los beisbolistas alistan sus bates; el ecosistema de Barrio Abajo vive.

Este sector, cuna de tradiciones y primer barrio de trabajadores de la ciudad, siempre ha guardado en sus calles el alma de una Barranquilla auténtica. Sus más de 7.000 habitantes son depositarios vivos de expresiones materiales e inmateriales que llevan en el alma un pedazo del Carnaval y que se evidencia a través de sus hacedores, artistas populares, poetas y cocineras. Por eso, cuando en 2021 fue declarado Bien de Interés Cultural del Distrito, se reconoció lo que sus habitantes ya sabían: que es un lugar especial y único.

Sin embargo, el alma de Barrio Abajo no solo vive en el pasado, se está reinventando en un presente vibrante gracias a las intervenciones en calles, paredes, callejones, plazas y generación de proyectos comerciales impulsados desde la Alcaldía de Barranquilla y la participación de su comunidad.

Hoy, las calles de este sector se han convertido en un lienzo gigante que propios y visitantes pueden disfrutar, como es el gran Museo a Cielo Abierto, que -a través del liderazgo del alcalde Alejandro Char y la participación ciudadana- busca una transformación urbana que fortalezca las dimensiones históricas, turísticas y culturales del barrio.

Precisamente, el corazón de este proyecto es la gente porque, más que una intervención artística, es el resultado de un profundo proceso de concertación social entre la Administración Distrital, la comunidad, las empresas del sector y los artistas locales.

Con un ejercicio llamado Mapa de la Empatía, liderado por la Corporación Tierra SOS, se escucharon las preocupaciones y aspiraciones de los vecinos, comerciantes y empresarios. Y de este diálogo comunitario surgieron las tres temáticas que guiaron la creación artística: ‘Esquinas, callejones y juegos tradicionales’, ‘Gastronomía’ y ‘Raíces, tradición, ancestralidad y asentamiento afro’.

El resultado artístico de esta sinergia comunicativa son los 14 murales que embellecen las calles 41 y 42 entre carreras 53 y 53B y que narran, protegen y celebran la memoria viva del barrio, ejecutada bajo las manos talentosas de artistas locales como Kevin Camacho, Carlos García y el colectivo Colorbia, quienes se encargaron de mantener viva la historia y las vivencias de la comunidad.

Transformación económica, más allá del arte

Pero, para muchos, las paredes artísticas del Barrio Abajo se miraban incompletas, debido a que algunas calles del sector se encontraban en mal estado; por ello, la Alcaldía de Barranquilla logró el anhelo de la comunidad al intervenir 2 kilómetros de vías en 13 tramos, incluyendo 535 metros lineales con andenes, bordillos y la reposición de los sistemas de acueducto y alcantarillado, para contar con un Barrio Abajo 100 % pavimentado.

“Este es un sector con mucho valor cultural, económico y social, y cuando hacemos las inversiones en este barrio tan querido, tan histórico de Barranquilla, va más allá de una vía por donde pasan unos carros. Esto es un valor patrimonial que está en el corazón de todos los barranquilleros. Aquí hay mucho patrimonio que cuidar”, expresó el alcalde Char, recordando que estas vías conectan con todo el circuito cultural que hay en Barrio Abajo.

“Este es el sector de la Fábrica de Cultura, el sector del Museo Moderno de Barranquilla, del Amira de la Rosa, del Parque Cultural del Caribe, del Museo del Carnaval. Un sector como este no existe en Colombia con tanto valor patrimonial y cultural”, agregó.

Esta obra de infraestructura es celebrada por la comunidad y vista como un paso para devolverles la dignidad a sus habitantes y fortalecer un espacio cultural e influyente de la ciudad.

Este renacer del primer barrio de trabajadores que tuvo Barranquilla también se siente en los espacios públicos, con el proyecto de recuperación de ‘La plaza Jardín Águila’ en un área de 3000 metros cuadrados, que contará con una cancha de microfútbol, juegos infantiles y áreas para juegos tradicionales como la peregrina y el trompo, y que busca convertirse en un polo de atracción para turistas y locales.

A través de su cuenta de X, el mandatario distrital manifestó: “¡La pla‘za Jardín Águila, en el corazón del Barrio Abajo, latirá con la alegría de nuestra gente! Muy pronto, la recuperación de 3.000 metros cuadrados en este sector histórico estará lista, con todo lo que les gusta a los barranquilleros: cancha de “bola ‘e trapo”, bolita uñita, chequita, zona artística y más, todo esto para el disfrute de las familias, los vecinos y todo el que quiera venir. Prepárense, porque lo que se viene es una bomba cultural que hará vibrar, de día y de noche, la esencia, la tradición y el Carnaval los 365 días del año. ¡Vamos con toda!”.

Johan Parra, líder social de Barrio Abajo, manifiesta que esta obra será un polo de atracción para que más turistas apasionados por recorrer la ciudad y Barrio Abajo tengan un espacio para el disfrute y la práctica de actividades propias de los residentes del sector.

“Estas obras no solo atraen el turismo, sino que impulsan la economía local, beneficiando a las matronas que venden chicha y bollo, y a los artesanos que trabajan por su cultura”, anotó la líder barrial.

Precisamente, las 13 versiones del Festival Sabor Bajero, en el que se han vendido más de 35.000 platos y generado ganancias que superan los 250 millones de pesos, con una asistencia de más de 30.000 personas nativas y extranjeras, es una muestra del impulso económico que la recuperación de este sector cultural ha tenido bajo el liderazgo de la Administración Distrital y el compromiso de la comunidad barriobajera.