La nota que sigue fue publicada en el 2017 y es una advertencia de lo que ocurre hoy sobre el cambio climático.
El cambio climático es la mayor amenaza medioambiental que enfrenta la humanidad. Las variaciones climáticas han existido desde los orígenes de la Tierra, pero hoy asistimos a un cambio climático global sin precedentes, y provocado por el hombre.
La tala de árboles-popular en Barranquilla, el descuido de los cuerpos de agua, la sequía del lago El Cisne, la muerte de su fauna, la deforestación de su entorno contribuye al aumento de la temperatura a más de 35°C. Contra eso es la lucha de las diecisiete cumbres internacionales que se han reunido desde 1979 (Primera conferencia Mundial sobre el Clima). La emisión de gases tóxicos que recibimos de los países industrializados aumenta el calentamiento global. Sus consecuencias se traducen en sequías, huracanes y todo tipo de desastres naturales. Enfermedades como la bronquitis, asma, los famosos «virus barranquilleros», el dengue, enfermedades respiratorias se convierten en crónicas por la contaminación atmosférica.
Este año, el sector ambiental enfrenta grandes desafíos, como explicó Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt y gran autoridad en el tema, en conferencias dictadas en el Museo de Arte Moderno, El Sistema Nacional Ambiental (SINA). Tiene muchas ruedas sueltas. Está compuesto de las corporaciones autónomas regionales, (CRA) autoridades ambientales urbanas y parques nacionales. No hay una información ni seria ni reciente para conocer la situación del medioambiente del país.
Otro asunto de importancia es cumplir con el acuerdo histórico firmado en París, en 2015, conjuntamente a ciento noventa y cinco países. Colombia deberá reducir la deforestación y preservar las áreas protegidas. Los árboles viejos y vivos-dicen los expertos agrónomos de California- tienen más capacidad de secuestrar (absorber) los gases tóxicos CO, y metano que la Tierra ha concentrado en la atmósfera durante el 2015. La Organización Meteorológica Mundial informa y advierte en su boletín de fin de año. La Constitución colombiana ordena al SINA proteger el derecho de los ciudadanos a un medioambiente sano. La Corte Constitucional reconoce el derecho de los ciudadanos a defender sus espacios amenazados con proyectos perjudiciales. Talar los árboles, por ejemplo, porque afectan la movilidad de buses y camiones, es un delito ambiental y totalmente anacrónico. Pertenece a estrategias vencidas cuando se ignoraba el daño que hacían sus motores al medio ambiente.
La responsabilidad de defender la sanidad ambiental pertenece a todos, no se puede dejar sólo en manos de las autoridades. Cada ciudadano puede averiguar cuánto CO2, y metano produce. Existe un estudio de ingenieros norteamericanos que calculó que cada persona al año produce veinte toneladas de tóxicos. Un árbol de cinco metros de altura absorbe o secuestra una tonelada de CO, al año (antes no puede absorber mayor cosa). Necesitamos veinte árboles de cinco metros de altura que secuestren esa cantidad de carbono en el bulevar de la 58, estamos atentos a preservar las cuatro o cinco cuadras (64 a 76) sembradas de bongas altísimas, lluvias de oro de más de cinco metros y centenarios que trabajan día y noche absorbiendo el CO, que tiene la atmósfera enferma de toxicidad.