En una sociedad donde el feminismo se basa en la diversidad, señalar a una mujer por su forma de pensar, tildarla de machista o desconocer sus posturas no solo desconoce la naturaleza misma del movimiento, sino que genera una afectación al género que precisamente se busca proteger. A partir de la caricatura machista de Matador – frente a la cual cualquier excusa expuesta posteriormente solo pone de presente su pensamiento frente a las mujeres–, la vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, se manifestó a través de un tuit, en defensa de las mujeres haciendo una crítica al dibujo del caricaturista.
El tuit decía textualmente lo siguiente: “Matador, las mujeres de Colombia y del mundo no somos unas compradoras compulsivas. Somos seres con intelecto, valores y capacidad de trabajar por generar una mejor sociedad con conocimiento, empatía y compasión para el progreso de todos, sin odios de género, ni ofensas a otros”. Ante esto, Matador pregunta públicamente si las mujeres de Colombia nos sentimos representadas por la vicepresidenta, y acto seguido la columnista María Jimena Duzán publica una columna en la que desarrolla su respuesta.
En la columna denominada “El machismo de Marta Lucía”, Duzán refiere los diferentes motivos por los cuales las mujeres que se consideran sujetos de derecho en Colombia no se identifican con la vicepresidenta por su visión de la mujer y sus posturas. Frente a esta columna y los hechos mencionados sería pertinente que la columnista tuviera en cuenta los siguientes puntos:
1. El mensaje de la vicepresidenta no desconoce que las mujeres seamos sujetos de derecho, la interpretación y el alcance que se da en la columna publicada el fin de semana pasado no corresponde ni a los términos ni a la intención de la vicepresidenta.
2. La ciudadanía mediante el sistema democrático escogió a Marta Lucía Ramírez como vicepresidenta. El ejercicio del control periodístico, político y ciudadano debe centrarse en su gestión, no en ataques que lejos de fomentar el feminismo potencian la disparidad entre hombres y mujeres en la vida pública.
3. El cuestionamiento de Matador es en sí machista. No he visto todavía que el caricaturista cuestione a los hombres si se ven representados por políticos hombres. Las mujeres que participan en política y tienen cargos de poder no solo están ahí para representar a las mujeres, sino para defender el interés general. Presumir lo contrario es ir en contra de la igualdad real y material.
4. Es equivocado creer que todas las mujeres que nos consideramos sujetos de derechos tenemos una única visión sobre la representación política: la democracia se alimenta de la diversidad de pensamiento, por lo que lejos de procurar unanimidad sobre lo que significa ser mujer, debemos buscar espacios para que mujeres con múltiples visiones puedan estar en la toma de decisiones.
@tatidangond