
¡Llegó diciembre!
Olvidemos, por ahora, a políticos, funcionarios, a los desquiciados Petros y similares y, en familia, celebremos que pronto termina este año.
Podríamos tratar el absurdo del Registrador Nacional proponiendo gastar en tecnología no indispensable, o del Proyecto de Ley sobre discutibles reformas al Código Electoral, más gasto cuando la plata falta; o tocar la miopía del proyecto de reforma a la justicia que no cambia lo que a la gente afecta, o de los desvaríos de Claudia López, o del extraño argumento gremial de productividad negativa, o cualquier otro tema importante. Pero hoy no. Es que, ¡Llegó diciembre!
Apaciguadas la insólita efervescencia luctuosa por Maradona y las justificadas protestas por no lamentar igual lo del gran Quino, podemos incursionar en cualquier tema banal, por ejemplo solazarnos con la frustración de los cachacos del fútbol, que nos mandaron a jugar en Bogotá, y los anoréxicos terminaron siendo los tolimenses. El caso es que no importa mucho lo que pase con Junior, porque nos sacamos la espinita. Ojalá gane en Chile y en Cali. Es que no cesa la animadversión interiorana por todo lo Caribe. Ellos llaman Costa Atlántica porque desean, aunque sea mar en medio, colindar con Inglaterra, se niegan a aceptar que no tenemos litoral con el Océano Atlántico, sino con el Mar Caribe. Son vainas del cachaco inculto. Los bogotanos “puppies” sostienen que hay marcadas dos clases: El “cachaco bien”, o sea aquél grupo que la gente fina representa, y el “bien cachaco”, que se refieren a los incultos que aún hablan horrible, que no se ubican sientan o instalan sino que “se hacen”; desplazan la N , “siéntesen, acomódesen, váyasen” y otras agresiones al idioma. Nunca se ve a un “cachaco bien” oponiéndose o perturbando el desarrollo del Caribe, son vainas de sólo los “bien cachacos”, los mediocres y algunos políticos.
De paso, están aterrados con la posible candidatura presidencial de Álex Char, ya le desplegaron las baterías buscando desprestigiarlo y hasta envainarlo judicialmente con inventos, ya lo hicieron con Arias, con Ramos, Zuluaga, con todo el que los asuste políticamente. Pero Álex, dedicado a su familia y estudiando quizá para repetir en el país el milagro de aquí, no dice ni pío, menos ahora que llegó diciembre con el béisbol profesional en el que no pueden intervenir sino los Caribes, directivas, equipos, y Telecaribe, así que todo irá bacano.
Olvidemos, entonces, por ahora, a políticos, funcionarios, a los desquiciados Petros y similares y, en familia y con moderación, celebremos que pronto termina este año tan diferente, porque con su magia, ¡Llegó diciembre!
Coletilla cívica: Beneplácito general con la designación de Tatiana Orozco como presidente del proyecto Arena del Río. Excelente decisión. Tatiana es la propia. En su transitar por los diferentes e importantes cargos desempeñados, entre ellos la Dirección de Planeación Nacional, y del Departamento para la Prosperidad Social Nacional ha demostrado visión, eficacia, eficiencia y, sobre todo, gran interés por los asuntos del Caribe Colombiano. O sea que, en equipo con Edgard Rentería, se nos garantiza el éxito de tan importante proyecto internacional.
rzabarainm@hotmail.com
Más Columnas de Opinión

Empleo, ¿independencia o ambas?
El trabajo es un derecho fundamental y Colombia no es la excepción. Hemos vivido durante las últimas semanas una intensa discusión sobre la reforma laboral propuesta por el Gobierno con diferentes voces, unas a favor y otras en contra. Es

Seguimos en guerra
Colombia ha cumplido ochenta años en guerra consecutiva o posiblemente un poco más. Después de innumerables esfuerzos gubernamentales y privad

Presidente: ¡a elevar el tono moral!
El 7 de agosto de 2022, desde Edmonton, Canadá, seguí la posesión presidencial de Gustavo Petro. Al darles posesión a sus ministros, dijo: “Nosotros no podemos permitir la corrupción en este gobierno. Primero, porque éticamente es imposibl

La transición energética en pausa
La pausa dispuesta por ENEL Green Power, línea de negocio de ENEL Colombia, del montaje del parque eólico de Windpeshi en el Municipio de Uribia (La guajira) es un pésimo mensaje y un duro revés para la Transición energética en la que está