“Por la plata baila el perro” reza un popular dicho que busca resaltar el comportamiento, no canino, sino humano y que, mientras se avanza en el análisis del giro de la sociedad, más certero se presenta. Aunque poner a bailar a un perro, no por plata sino por el premio que obtiene por bailar, es sin duda dañino para el perro aunque éste lo crea beneficioso, al final el resultado es desastroso: un perro condicionado y un perrero que termina aburriéndose, y no da más premios.

Es lo que todo indica ocurrió en el Congreso. Que el dicho se aplique a un cuadrúpedo, vaya y venga; pero que por plata un parlamentario baile al más cacofónico ritmo que le toquen, además de la degradación que significa es la máxima traición a aquellos que, creyendo ser fielmente representados, consignaron su voto por el tipo que, contrario a lo que ofreció promulgó y prometió, se develó canino bailarín motivado por el premio que ya no se entrega en cuotas burocráticas, sino desvergonzadamente en billetes contantes y sonantes. Corresponde destacar que no todos los bailarines son mercenarios. Los que pertenecen a la orquesta sólo hacen su tarea, suenan la música que se ha de bailar, es su doctrina y su convicción. Pero evidentemente no son mayoría, en la fiesta aún están aquellos leales a sus principios, y que no se venden, así que tienen que completar la coreografía con caninos dispuestos a bailar por cualquier dádiva, aunque la desentonada bailadera destruya la pista. A ésos hay que identificarlos y castigarlos como culpables de que se generalice la falsa creencia de que el Congreso es una vergüenza.

Coletilla Mariana: Gran acogida tuvo en Valledupar, Cartagena, y ayer en Barranquilla el lanzamiento del nuevo libro del reconocido sacerdote,  teólogo y periodista Javier Abad Gómez, quien durante varios años ha sido guía espiritual en la región, sembrando ésa semilla de amor y de valores, y ahora plasmando su visión en la nueva publicación  que seguro se extenderá a todo el país. “María, obra maestra de Dios” muestra a aquella pequeña doncella habitante de la ignorada población de Nazaret a quien le fue encomendada la misión de ser madre de Dios y de todos nosotros, ¡vaya tarea! que le exigió grandes dosis de resistencia, de humildad, y de fe. El solo hecho de ser madre le otorga el derecho de ser amada; y si además es la madre de Jesucristo, madre de Dios, ¡ni hablar! ¡Hay que conocerla! Javier Abad nos enseña su historia, nos compenetra con María, nos ubica en su misión, para que la adoremos. Gracias, padre Javier.

rzabarainm&hotmail.com