“No nos vamos a ir de las calles porque no tenemos miedo, vamos a seguir resteadas”, fue la consigna de Lilian Tintori y María Corina Machado para promover el referendo revocatorio contra Nicolás Maduro en 2016. Allá como acá “restearse” es apostar el resto, jugártela toda. Ma. Corina estaba resteada contra la dictadura desde el 2004 cuando ayudó a recoger más de 3 millones de firmas para un proceso revocatorio contra Hugo Chávez. Así se ganó su inquina y la persecución del régimen, hasta hoy. En el 2010 ganó la curul en la Asamblea Nacional con la mayor votación. Pero fue inhabilitada en 2015 por denunciar miles de detenciones, cientos de heridos, docenas de asesinados y torturados en las manifestaciones del 2014 (cifras que se multiplicaron en las del 2017). Nunca un país ha sufrido tanta destrucción económica en tan poco tiempo como Venezuela, salvo en guerra. Conocí su riqueza y reconocí su pobreza de grupos trashumantes deambulando por carreteras y ciudades de Colombia, Ecuador, Perú y Chile en un viaje que hice en 2017.

En junio de 2023 la Contraloría General reiteró que Ma. Corina estaba inhabilitada para ejercer cargos públicos por 15 años. Aun así, en las primarias para elegir la candidata de la oposición, en octubre de 2023, ella obtuvo el 92 % de los votos. Días después el Tribunal Supremo de Justicia suspendió los efectos de esas primarias. Sin poder inscribirse y agotándose el tiempo, apoyó a Corina Yoris, a quien el órgano electoral también impidió la inscripción, ignorando el rechazo de gobiernos de las Américas y de la Unión Europea. Finalmente apoyó al hoy altamente favorito Edmundo González.

Por albures del destino, esta última semana de la campaña de Ma. Corina coincidió con la primera semana de la campaña de Kamala Harris en los EE. UU. En 24 horas esta consiguió el apoyo de más del 80 % de senadores, representantes y gobernadores del Partido Demócrata y los delegados que necesita para ser acogida en su convención. Pero mañana 28 le espera una prueba de fuego: dada su nueva investidura tendrá injerencia y responsabilidad en las posturas e iniciativas de su gobierno potencialmente decisivas en el desarrollo de la crisis resultante de un Nicolás Maduro proclive a confrontar la voluntad esperada en las urnas. Del desenlace de esos eventos dependerán numerosos votos latinos y de la Florida potencialmente decisivos para su propia elección como presidente de EE. UU. El futuro del hemisferio se entrelaza con el de estas dos extraordinarias mujeres.

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