Teniendo en cuenta el escaso tiempo de trabajo que suma Reinaldo Rueda en este segundo ciclo en la Selección, son más las luces que las sombras de Colombia en la Copa América.
Llegar hasta la semifinal, donde se perdió en definición por tiros desde el punto penal tras un partido parejo e intenso, en el que se jugó mejor que Argentina por varios momentos, no es un consuelo de tontos, es el reflejo de un equipo que se está forjando y que ya es competitivo.
Haciendo la salvedad de que es un proceso que apenas está iniciando y a falta del siempre insípido juego del tercer lugar, resalto lo bueno que he visto:
- La explosión de Luis Díaz. No le queda grande la camiseta de Colombia. A los que lo vimos en Junior no nos sorprende su atrevimiento y su ‘jogo bonito’, pero no deja de asombrar el carácter que tiene para mostrarlo con la amarilla puesta y ante los tres grandes de Sudamérica, Brasil (con su golazo de chalaca), Uruguay y Argentina.
- La seguridad, experiencia y agilidad de David Ospina. Sigue siendo prenda de garantía.
- Daniel Muñoz se ganó el puesto como lateral derecho con temple, concentración y calidad.
- La jerarquía que muestra Wílmar Barrios. Su esfuerzo es vital en la estructura del colectivo. Está en todas con fuerza y energía.
- La aparición de Cuéllar como una opción con más certezas que dudas.
- El inmenso aporte de Cuadrado. Es capaz de asumir el rol de líder y echarse al equipo al hombro.
- Hay vida sin James Rodríguez (aunque sí hace falta un 10 de su calidad).
- Reinaldo Rueda se ha mostrado más osado y veloz para hacer los cambios.
- La energía de Borja. Se hizo sentir más que Zapata en ganas y carácter.
¿Y lo malo? Falta un Víctor Cantillo y un lateral izquierdo natural que se apropie de la posición como Muñoz por derecha, Muriel continúa con esa irregularidad en la que hoy es figurón, mañana es intrascendente y después quién sabe, Duván Zapata no ha anotado goles a pesar de que es el delantero que recibe más oportunidades. Necesita agregarle agresividad, garra y picardía a su juego para que no transite tan apagado. Colombia únicamente ha ganado un partido y tal vez ha sido por la falta de contundencia. Solo ha anotado cuatro goles, de los cuales apenas uno fue convertido por los atacantes, el penalti de Borja. Falcao, si lo ayudan las lesiones, tiene chance de seguir reinando.