No lancemos campanas al viento, pero tampoco demeritemos lo que Junior consiguió en los dos últimos partidos. Se pueden decir las cosas sin extremos, en su justa proporción.

Sí, es verdad, Plaza Colonia y Cúcuta Deportivo, no son Flamengo (ni siquiera la suplencia del equipo brasileño), pero los Tiburones venían tan desinflados que hasta rivales mansos lo estaban complicando. Cayó 1-0 con un juvenil Envigado y empató 0-0 ante el colero Patriotas.

Pero al margen de los resultados en las seis fechas que estuvo sin ganar en la Liga antes de vencer 2-0 al Pereira, de la derrota 3-1 ante los emergentes del Flamengo (en la eliminación en la Copa Libertadores) y del empate 1-1 ante Millonarios, lo que realmente preocupaba de Luis Amaranto Perea y sus dirigidos era el discreto nivel individual y colectivo que presentaron en todos esos compromisos antes de Plaza Colonia.

No se veía una idea clara de juego y la gran mayoría de jugadores estaban como sumergidos en una desidia incomprensible, en un desgano impresentable, en un letargo que fastidiaba y decepcionaba a su afición. El equipo no tenía brillo ni energía. No latía.

Todo era gris y nublado. El panorama se oscureció por completo y los augurios, ante Plaza Colonia, en la Copa Sudamericana, y ante Cúcuta, en la Liga, eran más pesimistas que optimistas.

Ahora que venció a los charrúas y a los Motilones no se puede decir que hubo un cambio extremo, que Perea es Klopp; que Cetré es Mané, que Rangel es Salah, que Rosero es Van Dijk y que el equipo es el Liverpool, pero indudablemente se ha visto una mejoría.

Nada que permita meter champaña en el congelador y encargar voladores. Para nada. Todavía falta muchísimo por pulir y mejorar. Pero ya por lo menos Teófilo Gutiérrez y Miguel Borja se pellizcaron, se activaron y volvieron a anotar. Germán Mera se ajustó algunas tuercas que andaban flojas, Gabriel Fuentes se mantiene poniendo garra y aporta mucho más a la ofensiva, James Sánchez se muestra como una posibilidad para tener en cuenta, Sherman quiere reaccionar, Cetré se volvió a notar, Hinestroza se recuperó, ‘Cariaco’ está más enchufado... Ya hay señales de vida.