El primer tiempo entre Santa Fe y Junior fue una fábrica de bostezos, un perfecto remedio para el insomnio, una invitación para meterse a Netflix, para irse de zapping, para revisar el celular, para mirar a cualquier lado e ignorar el televisor.

Fue desesperante. Blooper tras blooper, pifia tras pifia. Parecía que ambos equipos jugaban al que se equivocara más. Que etapa inicial tan burda y rústica en El Campín. El nivel técnico fue deprimente. Inversamente proporcional a lo que vivimos en el duelo entre ‘El Tiburón’ y Tolima en la remontada de museo (4-3), el martes pasado .

Santa Fe terminó ganando los primeros 45 minutos porque explotó una de sus virtudes, que es una debilidad rojiblanca, el juego aéreo.

Afortunadamente en el banco de emergentes de Junior se encontraban Víctor Cantillo y Jarlan Barrera, dos artistas del balón, dos hombres con pincel para colorear una cancha en blanco y negro. Con la técnica depurada de los dos magdalenenses se puso todo en orden, agarraron la batuta y empezaron a afinar la orquesta.

Toma, dame, suelto, me voy, ti-ta-ti-ta. Toque-toque. Los dos le cambiaron la cara ofensivamente a Junior. Entraron claros, a pensar, a jugar, a tocar, a hacer lo que no se estaba haciendo en ninguna de las dos escuadras.

Cantillo por fin anotó gol, lo estaba buscando desde hace rato. Jarlan sigue volando y por poco anota el tercero con un remate de larga distancia.

Daniel Moreno, que se empezó a quitar de encima la odiosa e injusta comparación con Toloza, terminó de fortalecer el ataque y anotó un golazo de cabeza gracias a un pase (“no un centro”, como dijo el relator de Win) de Germán Gutiérrez. El delantero volvió a ingresar acertado, certero y productivo.

Santa Fe solo amenazó con la gran talla de sus jugadores en la táctica fija, un punto por mejorar urgente para los Tiburones.

Por segundo partido consecutivo le anotaron a Junior en cobros de tiro de esquina (esta vez por partida doble). Ya le habían marcado de cabeza ante Colón (en un cobro de costado) y ante Tolima (en un córner). Sufre demasiado por arriba. Marcando en zona, hombre a hombre o de forma mixta (combinación de las dos primeras), como elija Julio Comesaña, debe mejorar en ese aspecto de cara a lo que viene.