Los movimientos políticos continuarán su camino para consolidar las aspiraciones de cada una de las coaliciones que pretenden ganar en el 2022. De igual manera continuarán siendo motivo de debate las soluciones propuestas a unos problemas que luego de la pandemia de la covid-19 le correspondió plantearlas de forma extraordinaria a los gobiernos actuales, de Colombia y el mundo, para atender este naufragio mundial. La reactivación económica, cualquiera que gane, le va tocar atenderla con los recursos de la reforma económica que plantea el presidente Iván Duque. Ese mismo ganador debe potenciar el plan sanitario que por la urgencia tuvo que sembrar un Ministro de Salud serio y conocedor. En materia de seguridad y defensa no veo opciones diferentes para enfrentar el narcotráfico y al régimen de Nicolás Maduro. Si uno revisa la historia de lucha contra las drogas todos los virajes de los líderes colombianos se dan cuando dejan el poder o si lo decide el Tío Sam.
Lo que resta del 2021 será la permanente construcción de agrupaciones con énfasis en “atrapar todo” lo que significa tener votos para asegurar la segunda vuelta. Un ejemplo: Gustavo Petro y su “pacto histórico” con Roy Barreras y Armando Benedetti. El exalcalde sabe que tiene asegurado pasar de la primera vuelta, pero luego de la derrota del 2018 entendió que sin “maquinaria” le faltarán otra vez los “cinco centavitos”. No puede existir una relación desideologizada más grande que esta unión entre Petro que promueve la refundación del país para llevarnos a “su paraíso” y las históricas e histriónicas volteretas que estos dos senadores le ofrecen a los colombianos cada cuatro años. Aquí no hay academia, centro de pensamiento o dirección programática alguna, la única razón explicable es la compuerta que el petrismo, vía el roybenedettismo, le abre a la clase política para que desde ya ingrese por la puerta principal de la estrategia electoral de la Colombia Humana.
Vamos a asistir a la filigrana de la política real. Otra muestra es la “operación rastrillo” que con el fin de enganchar ciudadanos realizan los exalcaldes, exgobernadores o la consulta de los “goditos”, que pretenden aupar sus aspiraciones para ir agrupando gente dispersa y apuntalar al final una alianza de centro derecha ¿para qué? Para garantizar, desde ya, ganar el ballotage.
Después de Semana Santa, mucho candidato va a intentar poner en práctica la estrategia de John F. Kennedy para ganar la presidencia de los Estados Unidos en 1960 que consistió en generar la percepción de que el candidato del Partido Demócrata no solo debía ganar las primarias, sino que ese mismo candidato tenía que tener la capacidad de ganarle a Richard Nixon, así tuviera que aliarse con el dueño de la tradición política en el Congreso de ese país, Lyndon B. Johnson.
¿Planes de gobierno? ¿La idea “bala de plata”? Como dicen las señoras católicas: Dios proveerá.
@pedroviverost