La revisión a un cuatrienio presidencial en cualquier país moderno es mejor realizarla con el paso del tiempo y de los hechos posteriores al mismo mandato escogido para estudio. Sin embargo, en esta época de tanta intempestiva novedad en las democracias es importante registrar hechos de los gobernantes para poder hacer el sosegado recorrido de la historia de las naciones. En Colombia no es habitual escribir sobre los presidentes, ni antes, durante o después de sus tareas de gobierno.

Algunos académicos en tiempos recientes han comenzado a escribir sobre figuras de mediados del siglo pasado con el ánimo de establecer diferencias o ideas surgidas por los líderes motivo de estudio. Malcolm Deas, el inglés “colombianista”, escribió un excelente libro sobre la vida del expresidente, y último liberal, Virgilio Barco, y el payanés Juan Esteban Constaín se atrevió a configurar un retrato de la vida y obra de Álvaro Gómez Hurtado. Ambos trabajos resaltan por su perspectiva y exhaustiva investigación.

Entrevistar a un presidente en ejercicio es otro cantar. La periodista barranquillera Diana Calderón, con su habitual ánimo de reportera, plasma el frenético día a día de Iván Duque Márquez en una conversación de mitad de mandato en 280 paginas titulada Iván Duque, de frente y a fondo. Mi lectura al final radicó en que los cuatro años de “duquismo” serán referenciados por la forma como el jefe de Estado resuelva la salud física, mental y económica de la pandemia del Covid-19. En otras palabras, lo anterior a este bicho invisible me hizo pensar en un “pasado remoto”. Todas las respuestas del joven mandatario tienen como contexto ese difícil momento que le llegó a la humanidad. Lo legislativo, la ejecución presupuestal, las finanzas, la reactivación, las refriegas políticas, los perfiles de sus compañeros de gabinete, las referencias a su mentor Álvaro Uribe, su pasado liberal, la figura permanente de su padre, su memoria con muchas teras refleja cómo, de una manera pragmática, Duque hizo una especie de jiu-jitsu para sacar lo mejor de sí y reenfocar su propia agenda para por medio de una especie de puente sanitario reenfocar su manejo estatal.

Una coincidencia relacionada con esta lectura, al momento de escribir esta columna veo una noticia donde el expresidente Juan Manuel Santos reconoce que los acuerdos de paz se podrían mejorar en varios aspectos. En sus respuestas, Duque recuerda que fue él quien persuadió a su bancada, incluido a Uribe, de defender el NO en el plebiscito. La paradoja es que lo que lo terminó catapultándolo a la presidencia de pronto lo lleve a confluir con las nuevas declaraciones del Nobel de Paz 2017.

Duque deja entrever en este diálogo que en este momento está por encima de las broncas infinitas de la Colombia de hoy. Por eso, tal vez, recuerda una frase de Abraham Lincoln: “Cuando la ocasión está llena de dificultades, debemos levantarnos con la ocasión. Como nuestro caso es nuevo debemos pensar nuevo y actuar nuevo”.

Habrá que esperar la segunda parte de esta historia para juzgar la conversada.

@pedroviverost