
Los cuentos de Tedio
En este cuento están todas sus lecturas. Escrito con un lenguaje amplio y preciso, cuenta el drama de un personaje que piensa que va ascendiendo, que va ganando, que no es imposible que una poderosa, hermosa y dulce dama pueda ubicar su deseo en un «contrahecho enano», un insignificante bufón.
Me parece curioso haber encontrado un libro de Guillermo Tedio de manera tan temprana. Se trataba de un ejemplar de su segundo libro. Eché un vistazo a la portada, me gustó. Había una mujer desnuda tendida frente a unas colinas que parecían ser el reflejo de sus formas. Al fondo, la ciudad bajo una luna inmensa. La mujer, de cabellera derramada, introducía su brazo izquierdo en el cielo, formando ondas concéntricas, como en un estanque invertido, mientras una garra le hacía jirones la nalga.
Hace unos años, si alguien me hubiera preguntado por los mejores cuentos de Tedio, le habría respondido con los que no he podido olvidar: la historia trágica de una pintora destripada por una bestia erótica salida de sus entrañas; la peripecia de un mediocre actor de teatro que recibe con ingenua ilusión el privilegio de trece caretas malignas; la familia de campesinos sin nombre que se deja abrazar por las llamas de la desesperanza en una tierra sembrada de iguanas y de cascajos; la menipea currambera del gordo que percibe el perfume de su propia mujer tras el antifaz de una tigresa en celo; la prostibularia historia de un hombre pequeño.
Cierta noche de cuarentena, sin embargo, tropecé con un cuento titulado a la vieja usanza: Historia del bufón llamado don José Domínguez de Alamar. Bello título que nos remite al buscón de Quevedo y a ciertos lomitos de atún en salsa de mercurio. Un cuento espléndido que leí de un tirón a pesar de su extensión. Se me antoja, ahora que lo pienso, uno de los mejores cuentos del Caribe colombiano, uno donde Tedio saca todo su talento narrativo y hace ver esos primeros cuentos de La noche con ojos y También la oscuridad tiene su sombra como ejercicios proféticos.
Creo que, en la historia de ese bufón, culto e inteligente, de ese bufón romántico, soñador e ingenuo, se condensan los grandes temas que atraviesan la obra de Tedio. Está la soledad, por supuesto, las máscaras que revelan, la posibilidad del amor, la traición, el choque de mundos entre el poderoso y el insignificante, sin finales felices, sino una postulación de la idea de que en cierta forma el fuerte siempre impone su ley, siempre se sale con la suya. En este cuento están todas sus lecturas. Escrito con un lenguaje amplio y preciso, cuenta el drama de un personaje que piensa que va ascendiendo, que va ganando, que no es imposible que una poderosa, hermosa y dulce dama pueda ubicar su deseo en un «contrahecho enano», un insignificante bufón. Esa posibilidad se derrumba al final y descubre con horror que no es más que una marioneta, un pobre rey de burlas, un auténtico bufón en todo el sentido de la palabra. Sobreviene, así, la desesperanza y la muerte. Es un cuento cruel, es cierto, en donde sin embargo hay mucho humor, toda vez que se trata de «la tragedia de un gracioso».
P. D. Se acaba de aprobar la creación de la beca Ramón Illán Bacca, para que un joven del Caribe colombiano, con talento, pero escasos recursos económicos, pueda estudiar la nueva Maestría en Literatura y Escrituras Creativas de la Universidad del Norte. Es una excelente noticia, sin lugar a duda, no solo porque el beneficio cubre el 100% del valor de la matrícula durante la totalidad del programa, sino porque la beca enaltece con acierto y justicia la obra de Ramón, un escritor que dedicó su vida a la escritura de ficción, el periodismo cultural y la investigación literaria…
orlandoaraujof@hotmail.com
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