Durante los últimos meses la inseguridad en Barranquilla al igual que en el resto del país ha aumentado de manera considerable como resultado de la ocurrencia de delitos de alto impacto como el homicidio y hurto a personas. Según el Observatorio de Seguridad Ciudadana de la Universidad del Norte los casos de homicidios y violencia intrafamiliar junto a la fatalidad de los crímenes superan las estadísticas antes de la pandemia. Una de las posibles explicaciones a esta situación ha sido las condiciones sociales derivadas de los aislamientos prolongados que generaron un incremento en el desempleo y la pobreza. Sin embargo, la violencia y criminalidad son un problema causado no solo por la carencia de ingresos sino por un grupo multidimensional de factores como los económicos, urbanos, sociales, culturales y educativos.

Desde el punto de vista económico, la delincuencia y violencia pueden afectar la producción de bienes y servicios perturbando el desarrollo de las sociedades. La razón fundamental es que para el avance productivo es necesario la existencia de instituciones que puedan proteger los derechos de propiedad y asegurar el cumplimento de la ley. La manera en que la delincuencia afecta la producción van desde los recursos en que los agentes económicos se van obligados a dedicar para procurar su propia protección, y que representa una reducción en aquellos destinados al capital (innovación, tecnología) que impactan la productividad empresarial; hasta, los cambios en las decisiones y comportamientos individuales y sociales; por ejemplo, las salidas nocturnas, el tráfico por ciertas vías, la asistencia a eventos masivos las cuales tiene repercusiones sobre diferentes sectores económicos, en este caso, el comercio y servicios de entretenimiento. 

Bajo este contexto, la adopción de estrategias que integren los diferentes determinantes del delito y permitan reducir la inseguridad local es necesaria. La efectividad de las intervenciones en seguridad dependerá de la capacidad institucional de enfrentar estos factores de manera transversal. El liderazgo de las autoridades locales es esencial, pero el Gobierno Nacional juega un papel fundamental en el desarrollo de pautas de una política de estado en materia de seguridad ciudadana y de apoyo cuando el crimen desborda las capacidades locales. 

Así mismo, se debe integrar la seguridad dentro de lacolumnas agendas locales sociales, urbanísticas, culturales, deportivas y educativas. Esto incluye realizar inversiones que permitan mejorar la inclusión y convivencia social; bibliotecas, parques, canchas deportivas entre otras. 

El fortalecimiento institucional debe ser una prioridad, para ello el acceso a la información de datos criminales y su respectivo análisis permitiría aprovechar la riqueza de información que tienen estas entidades; y diseñar estrategias focalizadas y adaptadas a cada una de las necesidades urbanísticas, demográficas y sociales. 

El crimen es un fenómeno complejo su intervención requiere de soluciones en varios frentes de ahí la importancia del trabajo mancomunado entre lo local, del Gobierno Nacional y la policía como estrategia para lograr soluciones estructurales que permitan avanzar como sociedad. 

*Directora de Fundesarrollo.