Uno de los mayores problemas de la recuperación económica ha sido la lenta respuesta del mercado laboral a la dinámica actual de la producción interna. A pesar de haber logrado avances en la reducción de la tasa de desempleo todavía falta un camino por recorrer para llegar a los niveles antes de la pandemia. Recuperar el empleo no resulta una tarea fácil porque son varios los factores que determinan el funcionamiento del mercado de trabajo, como por ejemplo, las rigideces y los costos de ajuste, las normas e instituciones, el precio relativo de los factores de producción como el capital y trabajo, la estructura impositiva entre otros.
Colombia se ha caracterizado por tener un mercado laboral rígido y con muchas dificultades para su funcionamiento que se ve reflejado en varios aspectos: crecimiento del sector informal -coloca en evidencia los problemas de productividad-; altos niveles de subempleo e inactividad-esta última impulsada por la pandemia-; y, el aumento en las tasas de desempleo a pesar de las diferentes reformas laborales realizadas.
Los diversos estudios elaborados sobre el mercado laboral en el país coinciden en que las medidas de políticas para mejorar su funcionamiento deberían enfocarse en 1) reformas al salario mínimo; 2) reducción de los parafiscales y, 3) en el diseño de mecanismos para acercar de una manera mucho más eficiente a empleados con empleadores. Recientemente volvió al debate el establecer un salario mínimo diferencial por ciudades teniendo en cuenta las diferentes dinámicas regionales, vocaciones económicas, costo de vida y poder adquisitivo. Puntualmente lo que esta propuesta busca es que en aquellas zonas del país donde la productividad es mayor al igual que el costo de vida, el salario sea más alto.
Para el caso de Colombia, la propuesta a simple vista parece muy fácil pero sería compleja su implementación en caso de ser aprobada, por varias razones. Legalmente el salario mínimo en Colombia no se puede bajar por lo que los ajustes para las regiones tendrían que hacerse por encima de la inflación y esto resultaría en un mayor salario mínimo, que en últimas es a lo que se le quiere apuntar con la propuesta. Por otro lado, se podría incrementar la ocupación en algunas regiones pero se afectaría la capacidad adquisitiva de la población ampliando las brechas en la distribución del ingreso sobre todo en aquellas familias más pobres. Finalmente, es posible que se genere un efecto migratorio de empresas de las ciudades más productivas a las menos productivas; y, de personas de las menos productivas a las más productivas en búsqueda de mejores ingresos laborales.
A nivel mundial, el salario diferencial se ha implementado en varios países. Inglaterra, Finlandia, Alemania tienen salarios mínimos por sectores de producción; Francia por edad y ocupación. En América Latina, México por región y tipo de ocupación; sin embargo, persisten los problemas de informalidad laboral. Por lo pronto, habrá que esperar las recomendaciones de la Misión de Empleo del gobierno. Ojalá las propuestas que estén incluidas permitan resolver los problemas estructurales del mercado laboral en Colombia.
*Directora de Fundesarrollo.