Offshore con b de B/quilla
El 4 de julio de 2015 afirmábamos en una columna que Barranquilla tenía una gran apuesta por delante: mostrar los méritos para ser la base de todas las operaciones que se requieren para explorar y explotar los hasta ahora identificados pozos de gas y petróleo ubicados en aguas profundas y someras de la Región Caribe.
En esa apuesta trabaja la ciudad bajo el liderazgo de la ANDI, acompañada de Probarranquilla y la Cámara de Comercio, que, luego de conocer el negocio y su desarrollo en el exterior, han logrado que grandes jugadores mundiales de la industria del petrolero y del gas, como Anadarko, Shell, Ecopetrol y Petrobras, y autoridades como la UPME, ANH, DIMAR y Ministerio de Minas, conozcan presencialmente la solicitud de Barranquilla.
Esas compañías, más Repsol, desarrollan –unas más que otras– actividades costa afuera en el Caribe y se han comprometido a invertir cerca de USD1.350 millones. Es decir: si logramos que la ciudad sea la base de sus operaciones, casi que podríamos afirmar que la historia local, y de la Región Caribe, se partiría en dos debido a las potencialidades y necesidades de la industria offshore y los efectos económicos de su desarrollo.
Aquí no nos hemos dejado contaminar por el miedo fabricado o manufacturado en Bogotá por los amantes de la guerra y del fracaso, y menos nos hemos dejado apoderar de la impotencia como resultado del mismo. Ellos lo único que desean es obligarnos a pensar que no hay salida y que el último debe apagar la luz.
Estamos apostando a ganar –y casi a punto de lograrlo– con el apoyo del alcalde Alejandro Char y del gobernador Eduardo Verano, quienes les trasmitieron, en vivo y en directo, a esos grandes jugadores de la industria petrolera mundial que aquí en Barranquilla el sector público y privado están unidos, hoy más que nunca, para brindar las condiciones que se requieran a fin de ser la sede de sus operaciones.
A pesar de los precios bajos de los combustibles, la apuesta para Colombia más próxima a tener éxito es la industria offshore, dadas nuestras necesidades de contar con recursos energéticos. Para ello el país deberá contribuir, en corto tiempo, con mejores reglamentaciones que hagan viable técnica, ambiental y económicamente dichas operaciones.
Así como Barranquilla logró obtener la sede de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018, y ojala la de los Juegos Nacionales de 2019, mostrando toda su potencialidades logísticas, de servicio, etc., tenemos que lograr, entre todos, ser la sede de unas operaciones petroleras que potencialmente pueden manejar más de 9.000 millones de barriles de combustible, incluyendo todo lo que se pueda derivar del gas que se encuentra en el pozo Orca-1, del bloque Tayrona, y los que faltan.
Barranquilla y la Región Caribe no han caído en el juego del miedo, sino que, por el contrario, convencidos de que la guerra está cerca de su final nos preparamos todos los días para aprovechar el fin del conflicto y asegurar el futuro de todos.
@clorduy - clorduym@gmail.com
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