Este es el comunicado de un ciudadano barranquillero que no tendrá la difusión del emitido por el Comité Intergremial del Atlántico en apoyo al proyecto de Argos “Ciudad Mallorquín”, pero redactado con amor por nuestra patria chica. Mis anteriores columnas fueron dirigidas a mis lectores, esta, parcialmente, se la dirijo a Argos.

Señores, como lo he repetido en anteriores columnas, soy testigo de la forma como Urvisa – Cementos Caribe urbanizaron el norte de Barranquilla y estoy seguro que la gran mayoría agradecemos la manera como desarrollaron esas urbanizaciones. Quizás muchos no sepan que Cementos Caribe contrató con la empresa Aqua-Equipos, de mi cuñado José V. Dugand, QEPD, la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales, PTAR, con biotecnología, para descontaminar antes de ser vertidas al río Magdalena las aguas de su primera urbanización, Villa Santos, y durante décadas la operaron, así actuaba esa empresa cuando tenía acá su sede social. Y he repetido que ellos construyeron el paso a desnivel debajo de la Circunvalación para desarrollar sobre la margen de Puerto Colombia, el “Portal del Genovés”. La pregunta obvia, que se convierte en reclamo, es ¿Por qué antes proyectaban de una manera que favorecía a la ciudad en su urbanismo, con densidades adecuadas, y ahora Argos, sin sede local, pretende reventar y volver invivible el norte de nuestra ciudad con una densidad salida de madre? ¿Qué carajos sucedió para tan impresionante como negativo cambio? ¿Qué diablos les hicimos para considerar que lo único importante es ordeñar al máximo sus predios adquiridos hace décadas? ¿Lo harían así junto a “El Poblado” en Medellín?

Si con estos muy sentidos reclamos, lográramos que en vez de 74.000 unidades de vivienda y entre 250.000 y 300.000 nuevos habitantes en ese espacio, Argos redujera sus aspiraciones en un 50%, su densidad aún sería exagerada, pero mucho menos que lo proyectado, con ello quizás se podría proteger un porcentaje del bosque actual, y si para minimizar el caos en la movilidad Argos invirtiera en algunas alternativas fuera de sus predios, con certeza, para tranquilidad del Comité Intergremial, no se afectaría la oferta de trabajo en lo que se refiere a construcción, simplemente que esa actividad se concentraría en proyectos que beneficiarán a la ciudad. Creo que lo anterior, para un buen barranquillero, no admite discusión. Pero no es menos cierto que serán las autoridades locales y de Puerto Colombia, mediante las revisiones del POT y del PBOT, las que definan, porque en Argos ya daban por hecho que en Barranquilla más que un desarrollo urbano, tenían una mina de oro. Por último, nunca aprecié anteriormente, un respaldo tan grande por una causa local. Así que escribo en representación de miles de Barranquilleros.

@nicorenowitzky