Lo vivido esta semana después de las elecciones al Congreso no tienen antecedentes en Colombia, un Registrador Nacional dando tumbos, pidiendo reconteo de votos al Senado y después diciendo que ya no, partidos políticos enfrentados por el mismo reconteo, un candidato presidencial argumentando que no vuelve a los debates presidenciales hasta que se haga el recuento y después cambiando de opinión y un país en vilo ante la trasparencia electoral, frente a este escenario cinco reflexiones.

Primero. La Cooptación del Estado. La Registraduría se convirtió en otra institución que fue cooptada por el Gobierno y el uribismo, su estrategia se llama, “cooptación del Estado”, quiere decir las ramas del poder público y los órganos de control quedan a su servicio al poner sus alfiles en las direcciones de estas instituciones, el escenario completo de estos cuatro años fue Iván Duque y el uribismo con mayorías en el legislativo, dueños de la rama ejecutiva, y en la rama judicial ya que no han podido controlar las Cortes pusieron al Fiscal General, en los órganos de control pusieron al contralor y la procuradora y lo que les faltaba en este listado de cooptación era el registrador nacional, y finalmente lo pusieron, se llama Alex Vega, quiere decir los cargos estratégicos del país están a su servicio.

Segundo. La incapacidad de Alex Vega. Qué cargos estratégicos estén a servicio de partidos políticos no es algo nuevo en el país, y el uribismo pudo poner en esta estrategia de cooptación a su registrador, pero lo que siempre se criticó desde muchos sectores políticos, hasta voces dentro del mismo Uribismo, era que Alex Vega no tenía la formación, la experiencia, y las capacidades para ser elegido como registrador nacional, desde los partidos aliados al gobierno presentaron otros nombres pero desde el gobierno la decisión fue impulsar a Vega para el cargo al precio que fuera.

Tercero. Las maquinarias del fraude. Tampoco es nuevo que en Colombia existe toda una estructura del crimen organizado alrededor de las votaciones, la compra y venta de votos a lo Merlano, cédulas de muertos que votaron durante décadas, con cédulas expedidas desde la registraduría, y toda una metodología del fraude ha existido y existe sin que realmente se haga nada al respecto.

Cuarto. Temor frente a las elecciones presidenciales. Álvaro Uribe desde ya está ambientando con sus declaraciones que un triunfo del Pacto Histórico sería un fraude, pese a que a quienes les robaron los votos fue a ellos, Gustavo Petro por su parte advierte que esto ya es un antecedente de la falta de garantías electorales, y Sergio Fajardo pidió tener cautela, pero sí dijo que era un tema preocupante.

Quinto. Piden calma y dicen que no hay fraude. Los dos últimos registradores, Alejandra Barrios directora de la Misión de Observación Electoral y los empresarios de la Andi pidieron calma y prudencia frente a sostener que hubo fraude, según ellos si se presentaron errores, pero no un fraude electoral. Lo cierto es que a semanas de la primera vuelta presidencial lo sucedido en las elecciones a Congreso es una vergüenza y pone en vilo la democracia y la institucionalidad del país, con este contexto se debe nombrar un registrador ad hoc para las presidenciales, y que Alex Vega renuncie, que él siga en el cargo eso sí es un verdadero fraude electoral.