Estaba en la exposición de arte de mi mamá, a quien felicito, y se me acercó un amigo en un estado total de desesperanza, diciendo que estaba buscando irse del país. Que si constituyente, que si reelección, que si todos somos corruptos; estos son los debates que nos mantienen en un estado de alerta y miedo y el problema es que cuando nos sentimos así, nos encerramos, nos paralizamos y hasta huimos, y eso es precisamente lo que debemos evitar. Por lo tanto, hay que actuar y no esperar hasta el 2026 a “ver qué pasa”.
Cada noticia parece confirmar que el caos es total. La economía, por primera vez desde 2005 la inversión estuvo debajo del 15% con relación al PIB, según el DANE, otra forma de decir que los empresarios y emprendedores, han frenado sus inversiones por la incertidumbre de no saber si van a recuperarlas, o hasta los tenderos, que no pueden con los impuestos, la inflación y cierran sus negocios. En salud, asusta que más EPS estén solicitando retirarse del sistema, como Sura y Bolívar, y que los maestros, aliados del gobierno, ni siquiera tienen el modelo de salud que se les prometió. La seguridad, en Barranquilla, donde parece un oasis, se han disparado los casos de extorsión en un 7%, según el director de la policía, asfixiando a los pequeños emprendimientos.
Pero es en estas situaciones donde nos medimos como país. No es momento de pensar en un plan B, en rutas de escape, ni encerrarnos en nuestra burbuja a esperar que pase la tormenta. Nosotros somos el plan A: los ciudadanos, los empresarios y emprendedores de este país que todos los días se levantan a trabajar por sus familias. No podemos dejar tan importante situación solo a los políticos; quedarnos de brazos cruzados esperando a que pasen dos años, no es viable.
Parece una frase de cajón, pero la respuesta está en el voto. Todos tenemos a alguien cercano que se rehúsa a votar porque cree que el voto no sirve; solo el 58% del censo electoral votó en las últimas elecciones presidenciales, cifra récord porque en la anterior fue del 53%. Si sentimos que nuestra vida está peor que antes, tenemos la misión de convencer a alguien que la solución está en votar: los empresarios con sus empleados, el emprendedor con sus clientes, los padres con sus hijos o los jóvenes con sus padres y hasta los nietos con sus abuelos. No importa en este momento por quién votar; lo que importa es salir a votar, y estar activo estos dos años, políticamente hablando. Que ese 42% que no se presenta hoy, se organice y se convenza de salir, porque ahí realmente se verán las mayorías que defenderán la democracia.
El empoderamiento tiene que ser real y tiene que ser ahora. Estamos en un momento clave para empezar a hablar con el otro, unirnos y salirnos de la zona de confort de creer que todo esto es superior a nosotros o que alguien más lo va a solucionar. Defendamos al país que tanto nos ha dado, en vez de estar pensando en cómo abandonar el barco.