El constante aumento en las tarifas de energía es un peso que el Caribe colombiano lleva a cuestas, mientras el resto del país apenas lo nota. Esta diferencia no solo es injusta, sino que deja al descubierto una serie de abusos e irregularidades que reclaman la atención urgente del gobierno.

Leyendo en el Observatorio del Caribe y XM, se ven políticas y regulaciones mal encaminadas que, con intención o no, favorece a ciertos actores del sector energético en detrimento de la gente. Primero Duque con su plan de desarrollo, aprobado por nuestros congresistas y que luego Petro mantiene viva, le permitieron a Aire cobrar las perdidas de energía directamente a los usuarios, y nos condenaron a pagar 211 pesos/kw, mientras el resto del país paga 70 pesos/kw. ¡Tres veces más!

Por otro lado, la resolución 101 de la CREG de diciembre de 2023, permitió que Air-e, pudiera cobrar las deudas generadas durante la pandemia, que nadie duda que hay que pagar. Lo injusto, es que a nosotros los marranos del Atlántico, nos cobran la deuda más rápido, pasando de 72 pesos/kw a 354 pesos/kw, mientras en Cartagena Afinia, cuya deuda con los usuarios era mayor, solo subió de 60 pesos a 174 pesos. ¡Más del doble!

Pero lo más alarmante es el componente generación, en el que el dominio de las hidroeléctricas es tal, que controlan el 70% de la oferta energetica del país y manejan los precios a su antojo. Tener una matriz energética basada en el agua debería traducirse en costos de generación más bajos, pero cuando vamos a la práctica nos encontramos que Colombia está por encima del promedio del costo mundial de energía, y en toda suramerica solo estamos por debajo de Bolivia y Uruguay.

Las hidrolectricas se están aprovechando de su posición dominante, como lo han demostrado esta última semana. No es creíble que el 20 de abril el precio de bolsa se situara en 983 pesos/kw y el 27 en 160 pesos/kw, según XM. Esta caída incomprensible, demuestra que las hidroeléctricas probablemente buscaban comprar más barata la energía que no tendrían para cumplir sus contratos, y obligar asi a los usuario a pagar el excedente. Este pequeño hueco en la resolución implicó que pasáramos de pagar 8 pesos/kw a 256 pesos/kw. ¡32 veces más! Un verdadero robo.

Es hora de que el Estado intervenga y establezca reglas claras para evitar abusos. No se trata de atacar la economía de mercado, sino de proteger los intereses de la gente, que por esas 3 situaciones estamos pagando 503 pesos adicionales que representan más del 50% de lo facturado por kilovatio.

Ya no sabemos a quién recurrir en busca de justicia, pero es evidente que nadie hace nada, y los que hacen, solo nos perjudican. En este tipo de mercados debe haber un tope, sobre todo cuando tus costos son tan bajos porque dependen de San Pedro (las lluvias); mientras los usuarios ya no sabemos ni a quien rezarle.