Y en esa coyuntura, donde era prioritario salvar vidas y preservar la salud, encontramos oportuno llegar a las familias más vulnerables del país, afectadas por el aislamiento preventivo obligatorio, con una campaña que apeló a la unidad nacional, para salvaguardar la nutrición de los colombianos en cuerpo y alma: Ayudar Nos Hace Bien.

Esta ha sido una expresión genuina de la solidaridad de los colombianos; de esa esencia generosa que busca beneficiar a quien más lo necesita. Gracias a la unión de aliados maravillosos del sector público, sector privado, países amigos, organismos internacionales, gestores sociales, fuerza pública y ciudadanos, hoy podemos decir con inmensa satisfacción que cumplimos la meta, llevando no solo alimento sino también un mensaje de humanidad. Con las donaciones de más de 26 mil colombianos, recaudamos un millón de mercados para beneficiar a cerca de 4 millones de compatriotas, lo que se traduce en 68 millones de platos de comida.

Llegamos a la puerta de las familias vulnerables de los 32 departamentos y 1.103 municipios de nuestro país, de manera oportuna y con el apoyo extraordinario de los gestores sociales y de nuestra fuerza pública. En la región Caribe, que para la campaña comprendió los departamentos de Atlántico, Bolívar, Cesar, La Guajira, Magdalena, San Andrés, Providencia y Santa Catalina, hicimos presencia con más de 334 mil ayudas de las cuales más de 87 mil fueron destinadas al Atlántico.

Vale la pena resaltar que, con el uso asertivo de la tecnología, desarrollamos una herramienta innovadora de trazabilidad desde la recepción de la donación hasta su entrega en el territorio, lo que nos permitió llegar de manera eficiente y oportuna, con los productos en perfectas condiciones, para garantizar la alimentación saludable de nuestros compatriotas por un periodo aproximado de seis semanas.

Este fue un esfuerzo patriótico donde se unieron voluntades y donde cada uno supo reconocer el valor de su aporte al propósito común de la nutrición y la seguridad alimentaria. Los colombianos, a pesar de sus propias incertidumbres por la pandemia decidieron, motivados por el buen corazón, aportar en dinero o en especie para que cada canasta alimenticia llevara no solo productos sino mensajes solidarios, de amor y patriotismo a quienes más lo necesitaban. Depositaron su confianza en un equipo que obró con todo el compromiso y la transparencia. Y esa sumatoria de acciones nos confirmó el impacto del trabajo colaborativo.

A todos los que creen sin reservas que ¡Ayudar nos hace bien!, nuestra gratitud infinita. Su patriotismo, solidaridad y generosidad realmente salvaron vidas.

*Primera Dama de la Nación