El aumento de los precios sigue siendo una preocupación central en la economía colombiana. En julio de 2024, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) mostró un aumento del 6,86% en comparación con el mismo mes del año anterior. Aunque la inflación ha mostrado cierta desaceleración respecto a meses anteriores, sigue impactando fuertemente en los bolsillos de los colombianos.
Al observar los datos, se nota que la división de Educación es una de las más afectadas, con un aumento del 11,20%. Esto representa un desafío para muchas familias que deben destinar una mayor parte de sus ingresos para cubrir los costos educativos. Otros sectores como Restaurantes y hoteles, así como el Alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles, también superaron el promedio de inflación.
Uno de los factores más importantes detrás de estos aumentos es el costo de la electricidad y los combustibles. En julio, la electricidad subió un 17,81%, mientras que los combustibles para vehículos aumentaron un 18,06%. Estas alzas tienen un efecto en cadena, ya que encarecen los costos de producción y distribución de bienes, lo que a su vez impacta el precio final de los productos que consumimos.
Los alimentos, otro componente crucial de la canasta básica, también han experimentado un aumento, aunque con una variación menor del 5,26%. Esta situación afecta especialmente a las familias de bajos ingresos, que destinan una mayor proporción de sus recursos a la alimentación.
Proyecciones para agosto sugieren que la inflación de alimentos podría seguir aumentando, especialmente debido a factores climáticos como el fenómeno de El Niño y las fuertes lluvias en varias regiones del país. Además, el reciente aumento en el precio del ACPM ha encarecido el transporte de alimentos, lo que podría llevar a un nuevo incremento en los precios.
A esto se suma el paro de transportadores, que ha generado restricciones en la entrada y salida de productos en las principales ciudades del país. Si la situación se prolonga, es probable que la escasez de algunos productos básicos empeore y que los precios sigan subiendo.
En resumen, con esta preocupación latente es fundamental que tanto el gobierno como los actores económicos trabajen juntos para mitigar el impacto en los consumidores, especialmente en los hogares de menores ingresos que son los más vulnerables a estos cambios. Solo con medidas coordinadas podremos enfrentar de manera efectiva este desafío inflacionario.
* Directora ejecutiva Corporación Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla