La desaceleración económica ha sido inminente y se siente en la mayoría de las ramas de la economía y se refleja con un crecimiento del 0,3% en el segundo trimestre del 2023.

Sucede en estos momentos que las expectativas de impulso arranquen desde la iniciativa gubernamental en un esfuerzo contracíclico para que la contracción de la economía no alcance tamaños mayúsculos.

En el pasado reciente se desplegó lo que conocimos en Colombia como el PIPE, un plan de impulso a la productividad y el empleo, durante la época de Santos que consistió en poner en marcha la construcción de carreteras, de viviendas, medidas tributarias y cambiarias, para poner a crecer la económica por encima del 3%.

En las últimas dos décadas, la construcción ha entrado en este juego y se ha consolidado como un motor en la mayor parte del periodo. Un análisis entre la variación del PIB y del índice del subsidio familiar de vivienda, deja ver como en un periodo de 22 años, en 20 de estos siempre que la economía caía o crecía a un ritmo menor, los desembolsos de subsidios de vivienda experimentaron un crecimiento o se mantenían en altos márgenes.

Sin embargo, desde el frente de la construcción, durante el segundo trimestre del año se acentúo su contracción y aunque principalmente la caída está representada por la caída de las obras civiles, el segmento de las edificaciones se mantiene creciendo a un ritmo muy conservador.

Es aquí donde vale la pena esbozar algunas de las razones por las cuales la construcción debe ser visto como un sector prioritario como mecanismo de reactivación en medio de la coyuntura actual.

La primera razón, es que es un sector intensivo en mano de obra, el número de personas empleadas actualmente suma un total 1,6 millones de ocupados, participando con el 7% del total de empleos del país.

La segunda razón, es el poder de encadenamiento que tiene el sector con otros sectores económicos, tanto hacia adelante y hacia atrás, lo que debe interpretarse cómo por cada peso que se gasta en el sector de la construcción se movilizan toda una cadena de proveeduría y gasto mediante la compra de insumos como máquinas, terrenos, materiales, demanda por servicios públicos, muebles, salarios, entre otros.

La tercera razón, es la solución que el sector de la construcción ofrece, más específicamente de las edificaciones. Un techo para vivir a los todavía 31% de los hogares que se encuentran en déficit habitacional o 61% de hogares en el país que no han cumplido su sueño de vivir en casa propia.

* Directora Ejecutiva Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla