La nueva fotografía de la pobreza en el país deja ver una disminución aceptable con respecto al último año medido. Para 2022, el porcentaje de hogares en el país que viven por debajo de la línea de pobreza equivale al 36,6% del total, 3,1% menos que el porcentaje alcanzado en 2021.
Si bien el país avanza en la lucha contra la pobreza, una mirada al panorama de la región parte por ser diverso y desalentador. El primer lugar, porque 5 de sus 7 ciudades principales concentran a más del 40% de sus hogares en pobreza monetaria moderada, es decir, que no les alcanza para satisfacer sus gastos mínimos de alimentación ni el resto de los bienes y servicios que consumen los hogares en tales municipios.
En segundo lugar, otro hecho no destacable refiere al aumento de la pobreza en al menos 3 de las 7 ciudades del Caribe, entre las que se enlistan a Cartagena, Montería y Sincelejo, con aumentos superiores a un punto porcentual, en donde el crecimiento del costo de la vida sobrepasó el aumento del ingreso de los hogares por el destacado crecimiento económico del año pasado.
En tercer lugar, llama la atención que para la totalidad de las ciudades principales del Caribe aumenta la pobreza extrema, es decir, que una mayor proporción de hogares durante el año 2022 no contaban con los recursos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas para costear una canasta básica de alimentos de acuerdo a sus necesidades calóricas. Lo anterior se alinea a la situación de encarecimiento de precios donde los alimentos fueron los más afectados durante el año pasado y que solo hasta lo corrido del año han regulado su variación mensual.
Grandes retos siguen dejándonos esta lucha que está todavía lejana a llegar a cero en línea con los objetivos de desarrollo definidos a cumplirse en 2030, sin embargo, son varias las estrategias a desplegar para avanzar a un mejor ritmo en este compromiso mundial. Desde el frente, de lo redistributivo, las transferencias monetarias han demostrado buenos impactos para sacar a los hogares de la pobreza, pero todavía se enfrentan a la necesidad de mejorar en materia de focalización, ampliación y actualización.
Sin embargo, el motor más fuerte para ir en contra a la pobreza es el crecimiento económico, y lo es principalmente por su alineación como fuente de empleo y aumento de los ingresos de los hogares, luego nos debe de importar y mucho todos los programas y medidas de reactivación y recuperación que se puedan implementar desde el ejecutivo que permita reencontrar una senda creciente en materia de crecimiento económico.
*Directora Ejecutiva Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla