Hablar de Cuba y su situación política es hasta atrevida... porque cuando pensamos en La Habana, seguro lo que tenemos son recuerdos de buena música y geniales vacaciones en el Caribe. El Castrismo y todo lo que ha deshecho a su paso, se nos volvió un paisaje caricaturesco. Sabemos que existe y que tiene a la isla repleta de miseria pero eso era problema de los cubanos que se quedaban y no decían nada. O al menos eso nos gustaba pensar.
Hay desabastecimiento, pobreza, desconexión tecnológica, en fin... En Cuba reina la ausencia de comodidades. La clase media no existe. Hay demasiadas heridas en una población que no sabe si seguir resignada o salir a la calle a protestar con el riesgo de ser acallados y olvidados con rapidez.
El precario internet del que gozaban es hoy aún peor desde que empezaron las protestas, Cuba está detenida en el tiempo hace muchísimo. Viven en una época donde las telecomunicaciones y las aplicaciones de mensajería parecen del futuro o de un episodio de los supersónicos. ¿Hay mayor reflejo del letargo que no contar con una red de wiki potente? –aunque dicho sea de paso la cobertura en zonas rurales de Latinoamérica tampoco es que sea un motivo de celebración–.
Los cubanos están abandonados por el mundo, y eso es ya culpa de nosotros y no de ellos. Este nuevo estallido social es una especie de grito de auxilio de parte de una ciudadanía que le ruega al mundo que por favor voltee a mirar hacia allá. Ya que a Fidel se lo comieron los gusanos, y ellos siguen atados de pies y manos a su nefasto legado.
Diaz-Canel, el actual disfraz de presidente que hay en la Isla, responsabiliza a Estados Unidos de todos los males cubanos. Cada una de sus últimas afirmaciones rayan entre lo ridículo y lo delirante. Ha insistido en lo que él define como la “reafirmación revolucionaria...”. Un desastre de mandatario, digno del fallido comunismo que impera allá.
Lo que sí es cierto es que serán necesarias mucho más que unas declaraciones de Joe Biden para que estas protestas tengan cómo torcer el rumbo fatídico de Cuba. No es verdad que a punta de tuits e imágenes de SOS Cuba en Instagram, los líderes mundiales van a poder tener una influencia real en lo que está pasando en la isla.
¿Por qué le seguimos dando la espalda a los cubanos?; ¿Por qué se amparan los gobernantes más poderosos del mundo en un discurso de no intervención estatal que ellos mismos no han respetado con otros países?; La verdad es que esta situación trae muchísimos interrogantes para los habitantes de la isla pero también gran cantidad de cuestionamientos para los que estamos afuera y nos conformamos teniéndola de destino turístico paradisíaco.
Recordemos aquellas declaraciones de Barack Obama, que emocionaron al mundo y con las que se creía el famoso “bloqueo” sería parte del pasado. De ello, nada quedó. Y es precisamente este mismo, el que sigue edificando ese inmaduro discurso Castrista de que los estadounidenses son los responsables de la mala suerte cubana. Las acciones son necesarias, no solo dentro de Cuba, sino fuera de ella.
Katherine Diartt Pombo
Kdiartt@uninorte.com
Profesora Ciencia política Uninorte