Con la espectacular inauguración en el río Sena, de los Juegos Olímpicos 2024, el viernes pasado, París le dio apertura a la magna fiesta deportiva mundial que cada cuatro años capta la atención de la totalidad de países del mundo y de miles de millones de espectadores por su variedad, esplendor y la participación de los más excelsos deportistas de todas las nacionalidades que, con pundonor y compromiso, compiten en representación de sus nacionalidades y de sus conciudadanos.
En buena hora vuelve a abrirse el telón olímpico luego del complejo escenario de las olimpiadas de Tokio 2020, realizadas sin público ante el aumento de los casos de covid 19, con la preocupación generalizada por la posibilidad del agravamiento de la pandemia.
Sobre los orígenes de este certamen, se conoce que los JJ.OO. se celebraron por primera vez en Olimpia (Grecia), en el año 776 a.C. y fueron suspendidos once siglos después por el emperador Teodosio, al calificarlos como una actividad pagana, tras la adopción del cristianismo en el Imperio Romano. En la modernidad, fue el barón Pierre de Coubertin quien tuvo la iniciativa de retomarlos en 1894 al fundar el Comité Olímpico Internacional; la primera edición se realizó dos años después, en Atenas.
Hoy, París 2024 acoge a 10.500 atletas de 204 delegaciones de Estados, además de 2 de equipos de atletas refugiados y neutrales (Bielorrusia y Rusia), que participan en 45 disciplinas deportivas, como atletismo, baloncesto, boxeo, breaking, ciclismo BMX freestyle, fútbol, gimnasia, halterofilia, judo, natación, entre otras. La delegación más grande es Estados Unidos, con 653 atletas; seguida de los anfitriones, con 622 y de Japón, con 447 deportistas. La delegación colombiana tiene 89 atletas, con importantes cartas en distintas modalidades.
El deporte siempre ha fungido como instrumento integrador de la sociedad, como motivador para la buena salud y como espectáculo óptimo para el entretenimiento, sin cabida para las agresiones o la violencia. A pesar del guayabo que nos produce a los barranquilleros vivir estas justas, luego de perder la sede de los Juegos Panamericanos por la irresponsabilidad de burócratas del Gobierno Nacional, por lo menos, a través de la televisión, tratemos de gozarnos estas bellas justas deportivas que contrastan con las terribles y dolorosas noticias de violencia, guerras y catástrofes que atropellan diariamente nuestra salud mental. Esperemos que durante estos 16 días de festividad olímpica primen la sana competencia, el juego limpio, el colegaje y el espíritu deportivo.