Después de la conciliación entre el Senado y la Cámara y la sanción presidencial se convertirá en ley el proyecto por medio del cual se prohíbe en Colombia el desarrollo de corridas de toros, rejoneo, novilladas y similares, tras la aprobación, en último debate, en la plenaria de la Cámara de Representantes.

Esta decisión, que entrará en vigor a partir de 2027, es considerada histórica debido al arraigo de la tauromaquia y prácticas semejantes, como sucede con las corralejas, en las tradiciones de diversas poblaciones del país, heredadas de la colonización española y cuyos orígenes son atribuidos a los espectáculos sangrientos acostumbrados durante el Imperio Romano.

Como reza el articulado, el proyecto tiene el propósito de aportar a una transformación cultural que se fundamente en el reconocimiento y respeto por la vida animal y que contribuya al avance de la cultura de la paz.

Entre otras disposiciones legales, la iniciativa se fundamenta en la sentencia C-283 de 2014 de la Corte Constitucional que indica que “la ciudadanía en general, las organizaciones no gubernamentales, los partidos y movimientos políticos, los Estados y las organizaciones internacionales abogan por el abandono de prácticas que comprometan el uso de animales para la realización de actividades que atropellan su integridad”. Este ha sido un llamado recurrente de los defensores de los animales por la crueldad a que se somete a las especies involucradas en estas prácticas.

En el continente, países como Brasil, Chile, Argentina, Uruguay y Guatemala tomaron esta misma determinación tiempo atrás.

Si bien hay voces que argumentan el derecho al trabajo de quienes dependen su sustento de estas actividades, se establecerán alternativas de empleo o de reconversión laboral.

En el siglo XX, en el mundo, se registró la muerte en el ruedo de por lo menos 140 toreros (matadores, banderilleros, picadores, etc.), como Manolete (1927), Paquirri (1984) y, -ya en el siglo XXI-, Víctor Barrio (2016).

En cuanto a las corralejas, tradicionales en Colombia, anualmente se realizan más de 100 y en su historia han dejado miles de muertos como los casos de Sincelejo, en 1980 y El Espinal, en 2022.

Un dato trascendental es que cada año se matan aproximadamente 250.000 toros en faenas taurinas, según estima la Humane Society International.

Es sumamente importante que Colombia continúe discurriendo en una cultura que evite el sufrimiento animal; por ello, se hace necesario adoptar una normatividad que limite el maltrato de otras especies animales en espectáculos similares.

@Rector_Unisimon