Es difícil para los gobernantes lograr una seguridad ciudadana. La percepción de los habitantes de nuestra ciudad, es que estamos desprotegidos ante el cúmulo de delitos que se cometen.

La seguridad ciudadana no es solo un tema de policías y ladrones; son múltiples factores objetivos y subjetivos que entran en juego, y uno de ellos es la identidad nacional. Esta es la creencia compartida respecto a la legitimidad del sistema político del país, que se expresa en leyes e instituciones.

Existen estudios en distintos países que muestran que cuando la identidad nacional es débil, se tiene como resultado altos niveles de corrupción, delincuencia, pobreza y desarrollo económico insuficiente, como ocurre en los países de América Latina.

Dos instituciones claves para fortalecer la identidad nacional son la Justicia y la Educación. Si usted compara —aunque son sistemas políticos diferentes—, a Japón, China y Corea, verá que tienen identidades nacionales muy fuertes incluso antes de modernizarse.

Corea, que posee una población semejante a Colombia, tiene uno de los tres sistemas educativos mejores del mundo, y son reconocidos por su alto desarrollo tecnológico.

La asignatura fundamental en la formación, desde la primaria hasta la universidad, es la historia, que está construida sobre mitos y realidades desde el mismo origen de su pueblo, lo que contribuye a darle una poderosa identidad nacional, fortaleciendo la actitud de privilegiar el interés nacional sobre el interés individual.

En Colombia, durante el gobierno de Belisario Betancur, la enseñanza de la historia quedó marginada como asignatura optativa; y en la universidad para los alumnos la historia y las humanidades —que deberían ser el centro de la formación, como en Corea—, se consideran una ‘costura’. Así, nuestros profesionales son como bárbaros que saben sobre una sola cosa, ya que, como me comentaba el académico Roberto González, la poca historia universal y del país que saben la aprenden en Netflix y en Tik-ToK.

Colombia es un país muy fragmentado, donde la región da más identidad que la nación, por esto nos identificamos como caribeños, o rolos, o paisas, y donde pareciera que la historia de nuestro pueblo se inició con la llegada de los conquistadores españoles.

No es solo la desigualdad y la pobreza lo que nos hace más corruptos y más delincuentes. Mientras sea tan baja la racionalidad colectiva, donde prime el interés particular sobre identidad nacional, podemos llenar el país de policías y cárceles, pero la situación de inseguridad difícilmente cambiará.

@JoseAmarAmar