Es el delantero colombiano del momento. Su nombre aparece al lado del de Cristiano Ronaldo en lo más alto de la tabla de goleadores de la Serie A (Liga de Italia). Entre los meses de diciembre y enero ha convertido la nada despreciable suma de catorce goles. Es Duván Zapata, centro delantero del club Atalanta. 

El delantero, nacido en el Valle del Cauca, hasta ahora había sido un jugador que desde su exuberancia física le aportaba a sus equipos potencia y entrega. Sus explosivos desplazamientos por el frente de ataque le valían para generar expectativas en sus técnicos y compañeros. 

Dueño de un poderío físico, siempre superior a su habilidad, eficacia y entendimiento del juego, pero muy atractivo para un fútbol atlético, contragolpeador y friccionado como el italiano. 

No obstante esas ventajas físicas, Zapata no había podido convertirse en un amigo confiable del gol. No había podido poner de acuerdo su musculatura de boxeador con la puntería del futbolista. La explosiva carrera de atleta con la definición de delantero. Hoy, Zapata le está aportando a su equipo lo que más valoriza su tarea dentro de un terreno de juego: goles. Todo lo demás es bueno, necesario, útil para las aspiraciones grupales, pero convertir goles, y con la frecuencia con que los está haciendo por estos días, es determinante. 

Ha logrado aguzar su sentido de la oportunidad, afinando su intuición y enfocando su capacidad de remate. Tal es el impacto que está causando su actualidad goleadora, que hinchas y actores del fútbol lo proponen como el delantero titular para la Selección Colombia. Y, no hay dudas, él está haciendo su parte. 

Lo que sigue es si el nuevo técnico de la Selección (cuando lo definan, porque aún hoy es la única Selección de Sudamérica que está acéfala en el comando técnico), considera que las peculiaridades futbolísticas de Zapata podrían ser más útiles para su patrón de juego que las de los tradicionales dueños de esa función en los últimos años, léase Falcao, Bacca, Muriel, Borja. O, por el contrario, cree que Zapata se luce porque Atalanta posee un juego directo y de lanzamientos al área, que no es el estilo de la Selección. 

En marzo habrá fecha Fifa, y entonces empezaremos a ver cuál es la idea del nuevo técnico. También hasta esa fecha sabremos si los goles de Zapata son una inspirada racha temporal, o si, por fin, encontró su rol de verdadero goleador en Europa que le den credenciales para ocupar el centro del ataque de la Selección Colombia.