El futbolista con más partidos jugados en la historia del Junior. En tiempos en los que la poligamia alardea en la sociedad futbolera, en donde los futbolistas besan escudos y proclaman amor por una camiseta cada seis meses, Sebastián Viera fue extraordinariamente fiel en su relación con Junior durante 12 ininterrumpidos años en los que defendió el arco del equipo y los anhelos de los junioristas.
‘Dulión’ Miranda, lo rebautizó de forma acertada Édgar Perea. Ese acento tildado que le aumentó la fuerza a la pronunciación del nombre le hacía más justicia a lo que fue este espigado e impenetrable defensa rojiblanco. La imagen del defensa intimidante. Pertenece a esa generación de futbolistas que juraron amor eterno por una camiseta. Creo que no me equivocaría si digo que la pigmentación de la piel de Dulio tiene trazos rojos y blancos.
El fútbol fino en su máxima expresión se hallaba en la delicada pierna izquierda de Carlos Babintong. Un Lord que se vestía de futbolista los domingos. Aunque el reglamento no lo permitía -no lo permite- nos quedó la impresión de que Babintong jugaba con frac. Quizá por eso verlo jugar se nos convirtió en una fiesta de gala.
En él confluyen en proporciones similares el delantero y el volante. Teófilo es un 9 con alma y corazón de 10. Un delantero que arma. Con un gran espíritu de afiliación: siempre pidió el balón con el ánimo de compartirlo. Consagrado como uno de los ídolos del siglo XXI de la afición barranquillera.
Estos son fragmentos del perfil de estos cuatro admirados futbolistas del Junior en distintas épocas. Al lado de ellos he completado los de otros 96 para completar 100, desde su reaparición (1966) hasta hoy. Un ejercicio de la memoria y por ahora muy personal.
En los próximos meses, con motivo del Centenario del Junior, tengo la intención de convertirlo en un tangible homenaje de un ex futbolista para futbolistas, para que ustedes, fervorosos e innumerables hinchas, me acompañen y vivan esta aventura por la historia de 100 años del equipo de Barranquilla.