#ElColmoEs
No es momento de reuniones, es momento de pedirle a la JEP que cumpla su trabajo rápidamente.
Santos, Cristo y cualquier otro senador o persona es libre de reunirse con quien quiera, cuando quiera y donde quiera, eso es cierto, lo que si resulta un insulto a la inteligencia es salir a decir que se reunieron con ex terroristas, hoy convertidos en un partido político, a pedirles que ayuden a la verdad dentro de la justicia transicional, la cual fue redactada a la medida por ellos para criminales de lesa humanidad.
Estas declaraciones del senador Cristo demuestran lo apresurado, lo regalado, lo mal planeado por parte del gobierno de su momento del acuerdo que salió de La Habana. Estas palabras no hacen más que demostrar que quienes nos opusimos, no a la paz como mal quieren hacer creer, sino a ese bodrio de acuerdo y de “justicia a la medida” que le regalaron a las Farc, teníamos y tenemos razón.
Primero, resulta insólito que a estas alturas del partido, peligrosos delincuentes tengan estatus de senadores y puesto en la mesa directiva del Congreso sin haber pasado seriamente por justicia alguna ni ordinaria ni transicional, ni la piñata que les dio Santos llena de regalos, sorpresas y ventajas. Segundo, no es momento de reuniones, es momento de pedirle a la JEP que cumpla su trabajo rápidamente y si no lo hace, acudir presurosamente a la Corte Penal Internacional.
Ya son muchas las burlas de las FARC al país: dejaron “disidencias”, no han contribuido a la verdad y por el contrario la niegan e insultan a las víctimas al hacerlo, como cuando Victoria Sandino se aleja de los abortos que tanto apoyó cuando estaba en la clandestinidad, o Lozada negando la violencia sexual de la que es acusado por muchísimas víctimas del conflicto, o la señora Sandra Ramírez pontificando sobre el tema de tierras y baldíos, cuando fueron causantes de desplazamiento y pérdida de propiedad de miles de colombianos.
Tal vez la mayor ofensa es haberles permitido mantener el nombre que usaron para delinquir, como el de su partido político o llamarlos aún por sus alias y no por sus nombres de pila, con esos dos mensajes ya bastaría para negar de plano cualquier intento por reparar o contribuir a la reconciliación o a la garantía de no repetición.
Es inconcebible que se mantenga el nombre de las Farc como partido político cuando la historia los debe recordar es como delincuentes de lesa humanidad, es increíble que se les llame por su alias como si ese alias no fuera responsable de tanto dolor, sangre, desplazamiento, tráfico de armas y drogas en este país.
Así que sí, Santos, Cristo, Cepeda se pueden reunir con quien quieran y donde quieran, pero no insultar a muchos colombianos con explicaciones que, aún si son ciertas, son una burla a la búsqueda de justicia, verdad, reparación y no repetición por parte de un grupo de delincuentes a los cuales se les permitió con mucha impunidad, hasta ahora, limpiar su pasado criminal. Senador Cristo la petición de contribuir a la verdad era requisito del acuerdo que usted promovió, no es hora de rogar que se cumpla sino de acudir a las instancias para ello, si la JEP no lo hace, la siguiente reunión suya, si es que anhela la paz, debe ser en la Corte Penal Internacional o pidiendo la exclusión de Lozada, Ramírez y otros tantos que a diario insultan a las víctimas del conflicto.
En las últimas horas el ex presidente Santos salió a decir que algunos procedimientos quedaron mal y que ojalá encontremos un acuerdo para mejorarlos. Así es, es hora de mejorar, de supeditar para las próximas elecciones la verdad, justicia y reparación a la posibilidad de participar en política, que se retire el nombre de Farc de un partido político, porque ese nombre nunca fue político, y que quien insista en negar reclutamiento, secuestro, delitos sexuales o cualquier crimen sea retirado con proceso breve de la JEP y sea sometido a la justicia ordinaria o a la internacional.
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