Tal vez el peor fiscal que ha tenido Colombia se llama Eduardo Montealegre, claro, de ningún otro fiscal podía ser la Resolución 1704 de octubre de 2014 mediante la cual en su Artículo 17 Numeral 14 se prohíbe el ingreso de elementos electrónicos, incluidos celulares, tabletas o portátiles, a los abogados litigantes a las instalaciones de la Fiscalía en sedes como el búnker de Bogotá, entre otras.

Lo curioso es que quienes somos visitantes asiduos de esas instalaciones vemos cómo casi todo mundo menos los abogados litigantes pueden entrar cualquier cantidad de estos elementos.

Recientemente el presidente del Colegio de Abogados Penalistas, Francisco Bernate, elevó un derecho de petición a la actual administración pidiendo que se aclarara esta situación, pero la respuesta que da el señor Carlos Alberto Saboya González es aún más a preocupante: dice que los abogados no podemos entrar elementos como los descritos para evitar fugas de información, filtraciones y ojo a esto, “evitar las situaciones de riesgo para la seguridad institucional” además de “salvaguardar la integridad psicofísica de nuestros funcionarios, visitantes e instalaciones alrededor del país”, es decir que entre líneas dice que los abogados litigantes tenemos presunción de culpabilidad y de poner en riesgo a la Fiscalía, nada más irrespetuoso, discriminatorio y falto de realidad que está justificación dada.

Nos falta al respeto pero lo más grave entorpece el debido derecho de defensa y la igualdad de armas, principios tan importantes en un sistema disque “con tendencia acusatoria” como es el nuestro. Además, en su justificación pareciera que una “fuga de información” no fuera posible por sus propios funcionarios.

A diferencia de muchos se que el fiscal general, Francisco Barbosa, es un humanista y un defensor de los principios democráticos, por eso estoy seguro que mutuo propio rápidamente derogará o cambiará esta absurda resolución que afecta gravemente garantías reconocidas y protegidas por el bloque de constitucionalidad y que además fue dictada en un año en el que no se conocía la fuerza de la tecnología, en el que no teníamos los conocimientos adquiridos por la pandemia y del crecimiento en la importancia del uso de estas herramientas para hacer nuestro trabajo. A pesar de las críticas esta fiscalía está cumpliendo la promesa de acercarse a las regiones y combatir la delincuencia organizada.

Mientras dicha Resolución continúe vigente la justicia colombiana parecerá en la era de las cavernas, que sus abogados litigantes solo cuenten con papel (materia prima que además está en vía de extinción) para llevar y tomar apuntes parece escena de una novela de ficción, un absurdo que solo se ve en nuestro país.

Por eso, a través del Colegio de Abogados Penalistas y todos los medios que estén a nuestra mano seguiremos pidiendo que se cambie esta Resolución, la igualdad de armas consiste en “todos o ninguno”, pero no podemos seguir pensando en que solo los fiscales pueden contar con herramientas para hacer su trabajo, mientras los abogados litigantes solo encontramos obstáculos en el camino.

Modernicemos nuestra justicia, no más vivir en la era de las cavernas.