Como en el cuento de Sábados Felices al Junior, al querido Echeverry lo tumbaron antenoche en El Campín. El árbitro Luis Sánchez se volvió un lío pitando un penal que no fue y expulsando luego a Sebastián Viera con justicia, por empujar a Óscar Barreto, dejando en el campo a Barreto, que fue a encarar a Viera, y a ‘Carachito’ Domínguez, que originó su reacción metiéndole el dedo en su oído derecho. Esas acciones llevaron al Junior a que le empataran el juego ante Millonarios, que iba ganando de buena manera 1-0, con un golazo de Jarlan Barrera y pases seguidos de James Sánchez y Teófilo Gutiérrez.
El juego era para el Junior. Lo iba ganando y lo hubiera ganado si el árbitro Luís Sánchez y su línea 2, Rubén García, no hubieran sido influidos por los jugadores de Millonarios, Figueroa y Cadavid, para conceder un penal del que, ninguno de los dos, estaban seguros. Después del cabezazo entre Gabriel Fuentes y Cadavid, en el que no hay mano, Sánchez retrocedió de espalda, fuera del área, para seguir el rechazo de Viera, que había quedado en posesión del balón. Figueroa y Cadavid comenzaron a protestar haciendo señas y, entonces, Sánchez se dirigió a las 18 yardas sin alcanzar a señalizar la jugada de penal. Penal pitado por los jugadores de Millonarios. Toda una vergüenza.
De ñapa, Sánchez expulsó con razón a Viera por empujar a Óscar Barreto. Lo que no “vieron” tampoco Sánchez y García fue la provocación de Barreto cara a cara al arquero del Junior y la de ‘Carachito’ al meter el dedo a Viera en su oído derecho y después aplaudir y decirle cosas (con la boca tapada) cuando salía del campo. Ambos, tanto Domínguez como Barreto, quien forcejeó con Viera, siguieron en el juego. La permanencia de ‘Carachito’ en el terreno fue complementada por el madrazo a Julio Comesaña que “le valió” solo una tarjeta amarilla. Recordemos que el técnico del Junior le quitó la careta cuando estuvo en el equipo barranquillero. Y recordemos, también, que ya había hecho lo mismo a Leonel Álvarez después que este había desafectado a su hermano mayor en el Deportivo Cali.
Me quedó la sensación, y creo no equivocarme, que tanto Sánchez como su línea salieron de la cancha, al finalizar el juego, sin estar seguros del penal que pitaron a favor de Millonarios y sólo en televisión habrán visto su tamaña equivocación.
Lo cierto es que el Junior protestará por escrito a la comisión arbitral, pero otra vez nada pasará.
Lo de antenoche en El Campín fue una vergüenza. El fútbol pierde su esencia cuando los árbitros definen los resultados. De aquí en más, sólo les faltaría anotar los goles…