Como se sabe, la Coalición de la Esperanza es una alianza que recoge a una parte del centro y la conforman Sergio Fajardo (Compromiso Ciudadano), Juan Manuel Galán (Nuevo Liberalismo), Jorge Enrique Robledo (Dignidad), Juan Fernando Cristo (En Marcha) y Humberto De la Calle. Ingrid Betancourt (Partido Verde Oxígeno) promete ser un refuerzo importante.
Ángela María Robledo hizo parte de este equipo, pero se retiró.
También se apartó, mientras define sus enredos, la Alianza Verde, que hizo algo incomprensible en los partidos: unas encuestas (de divulgación masiva, no internas) para que sus miembros dijeran si quieren estar en la Coalición de la Esperanza o en el Pacto Histórico. Digo incomprensible porque los partidos definen en sus congresos o conferencias su política y su estrategia para periodos específicos. Después las determinaciones adoptadas las aplican sus direcciones por el sistema de mayorías y minorías o por consenso. De modo que estas encuestas les complicaron más la vida a los verdes, cuya Dirección Nacional debe reunirse el viernes 5 de noviembre (supongo que en su sede del barrio La Soledad, en Bogotá).
Volvamos a la Coalición de la Esperanza. Ésta ha dicho que definitivamente no hará alianzas con el Pacto Histórico ni admitirá a Alejandro Gaviria si detrás de él se viene César Gaviria. Con esta postura, esta coalición se propone enfrentar el reto presidencial de 2022.
Al asumir esta posición, resulta claro que los líderes de este bloque se han puesto de acuerdo en torno a la manera de plantearse la lucha por el poder. Y llegados a este punto no faltarán quienes digan que han renunciado, al parecer, a las alianzas pragmáticas en un país donde el realismo político traduce transar con las peores prácticas o hacer acuerdos sin importar las diferencias.
El riesgo que creo podría tener esta respetable actitud de la Coalición de la Esperanza es que se le asocie con arrogancia y puritanismo. Que es el peligro que se corre cuando en política se levanta una infranqueable pared entre buenos y malos. En el libro Ética y política José Luis Aranguren escribió: “…no hay malos sin mezcla de bien alguno, pero también…no hay buenos sin mezcla de mal alguno”. Solo Cristo fue la encarnación de la pureza ética.
Desde luego, es admirable que los líderes de la Coalición de la Esperanza delimiten fronteras. Pero no sobra citarles esto de Adela Cortina del libro Los ciudadanos como protagonistas: “La política es…un ámbito en el que necesariamente intervienen la estrategia, el pacto y la negociación”. Y de los políticos lo que se espera, añade esta autora, es que cumplan “su cometido con honestidad, con honradez y transparencia”. Aranguren también dijo: “…la política eficaz puede ser una política moral…”, pero no es una actividad de arcángeles. Y los líderes de la Coalición de la Esperanza no tienen fisonomía de beatos. Son políticos.
@HoracioBrieva