La nueva miniserie documental de Netflix que está acaparando audiencias en Estados Unidos y el mundo, bien podría pasar por ficción. Es difícil imaginar que personajes reales puedan llevar, a plena luz del día, un estilo de vida que incluye posesión de animales exóticos, poligamia, drogas, porte de armas y amenazas de asesinato.

El hecho de que la serie coincidiera con el encierro impuesto por el coronavirus le ha representado mayor audiencia de la esperada, aunque lo inaudito de su contenido la vuelve de por si adictiva. Cuando terminamos un episodio y pensamos que no hay más locuras posibles que contar, nos llevamos una sorpresa mayor en el siguiente.

Filmada durante cinco años, la serie se centra en el extravagante personaje Joe Maldonado-Passage, autodenominado “Joe Exotic”, dueño de un zoológico en Oklahoma. Su auténtico amor por los animales lo lleva a poseer una cantidad tal, que se va convirtiendo en un negocio cada vez más lucrativo.

Su modo de vestir exagerado y colorido, adornado de lentejuelas, tatuajes y piercings contribuye a su popularidad, y su deseo de fama le lleva a crear un canal propio de YouTube, una especie de “reality show”, donde transmite los sucesos del zoológico que arma, y aprovecha también para cantar sus propias canciones.

Pero la fama lo traiciona, y lo va poniendo cada vez más en la mira de una defensora de animales, Carole Baskin, otro extraño personaje que, tras heredar una gran fortuna de su desparecido marido, decide crear una organización llamada Big Cat Rescue.

Carol, que sólo viste ropa con estampado animal, muestra de su pasión por ellos, decide hacerle la guerra a Joe para rescatar los felinos y lograr que se le obligue cerrar el zoológico.

La rivalidad entre los dos alcanza tonos cada vez más patéticos, incluyendo amenazas de muerte, hasta que Joe termina en la cárcel sentenciado a 22 años. Con esta información inicia el primer capítulo, que retrocede en tiempo para relatar los eventos que provocaron su condena.

Según lo que muestra la serie, donde aparecen además otros personajes coleccionistas de criaturas salvajes y dueños de zoológicos, es una línea muy fina la que separa el amor por los animales del abuso de éstos. Igual podría decirse del trato que dan a las personas que trabajan para ellos, quienes lo hacen más por devoción que por el miserable salario, alojamiento o alimentación que les ofrecen.

Si bien este increíble mundo pasó “desapercibido” por muchos años, hoy día se ha hecho mas público por las redes sociales y la cantidad de celebridades que ha atraído, razón por la cual ha recibido más escrutinio a medida que se implementan las normas de protección de animales.

Escrita y dirigida por Eric Goode y Rebecca Chailkin, y cuidadosamente editada por un equipo de cinco editores, Tiger King provee siete horas de entretenimiento que contiene comedia, tragedia, thriller y hasta una campaña política que bien nos puede remontar a la serie de Escobar o a una película de los Hermanos Cohen.