El Sonido de la Libertad es una película que despierta la conciencia sobre una realidad dolorosa y cruda que persiste en la sociedad actual, conocida como la "esclavitud moderna" o "trata de personas". Inspirada en hechos reales, el filme narra la desgarradora historia de dos hermanos, Miguel (Lucas Ávila) y Rocío (Cristal Paricio), quienes son atrapados en una red de explotación tras ser contratados para modelaje por Giselle (Yessica Borroto), una ex reina de belleza.
La trama es llevada como película de acción donde Timothu Ballard (Jim Caviezel), un activista y antiguo agente especial del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos y fundador de Operation Underground Railroad, asume la misión de rescatar a los hermanos, arriesgando su vida en el proceso.
A pesar de la acción, el filme mantiene un trasfondo emotivo y conmovedor. La travesía de los hermanos, que terminan en una red de tráfico sexual en Cartagena, y el coraje de quienes los rescatan generan empatía en el espectador.
Sin embargo, la película se ha enfrentado a la politización indebida por parte de grupos extremistas de derecha que distorsionan el mensaje esencial y lo utilizan para sus propios fines, restándole importancia al problema subyacente. El mismo actor protagonista se prestó para reforzar teorías del grupo QAnon, que afirman que ciertas élites pertenecientes al partido demócrata norteamericano utilizan el tráfico de niños para extraer hormonas.
Algunas escenas provocan una sensación de incomodidad y desasosiego en el público al enfrentarlo a una realidad tan perturbadora. La impotencia que se siente ante la magnitud de este flagelo es palpable, pero a la vez la película genera la esperanza de que la concientización sobre el tema pueda desencadenar acciones que lleven a un mayor control y justicia.
El Sonido de la Libertad cumple su objetivo de poner en la mira el problema de la trata de personas, un tema de vital importancia que no debe ser ignorado. Aunque el tono se pueda volver más melodramático de lo necesario, la cinta perdura en la memoria como un llamado de acción urgente, y nos hace reflexionar sobre esta problemática de alcance global.
La película fue dirigida por Alejandro Monteverde y cuenta con la participación de Mira Sorvino y Bill Camp. Se presenta en salas de cine.








