La película Club Cero, dirigida por la australiana Jessica Hausner y que hizo parte de la Selección Oficial del Festival de Cannes de 2023, se sumerge en un tema muy candente de la sociedad contemporánea como es el de los trastornos de la alimentación en la juventud. Como es de esperar bajo la dirección de Hausner, la narrativa se vuelve compleja, explorando la red de conflictos emocionales y familiares subyacentes a este tipo de problemas.
La trama se desarrolla en un colegio elitista especializado en niños difíciles, donde una nueva profesora de nutrición, Miss Novak (Mia Wasikowska), introduce un programa llamado "alimentación consciente". Este enfoque, que mezcla devoción con fanatismo, atrae a un grupo de siete estudiantes por diversas motivaciones que van desde salvar el planeta hasta desafiar el capitalismo, pasando por la búsqueda de la aceptación personal.
Sin embargo, las intenciones aparentemente loables de Miss Novak pronto se convierten en una forma de manipulación. Con una voz seductora pero contundente, ella convence a sus estudiantes de su capacidad para controlar sus mentes y cuerpos a través de la comida, hecho que supuestamente les otorga un nivel social superior. A medida que el grupo se convence de ello, se van separando de sus compañeros y de sus propios padres, y la dependencia de la profesora se intensifica.
Hausner, respaldada por la cinematografía de Martin Gschlacht, confronta a la audiencia con ironía sutil, revelando las consecuencias de un concepto que fácilmente se va convirtiendo en culto y la vulnerabilidad de los jóvenes que terminan distorsionando su propia realidad.
La estética visual de Club Cero juega un papel crucial creando una atmósfera inquietante y fantástica a través del uso de una paleta de colores que enfatiza el aislamiento y alienación de los personajes. Los escenarios, tanto en el colegio elitista como en las residencias de los padres, refuerzan la sensación de claustrofobia emocional a pesar de que la mayoría pertenece a una clase pudiente y educada.
Además, la dirección artística de la película se centra en detalles simbólicos, como el uniforme escolar de distintivo color, la vestimenta de la directora y de algunos de los padres, y los objetos rituales asociados con el programa de "alimentación consciente". Dichos elementos visuales contribuyen a la construcción de un mundo alternativo en el que la obsesión y la distorsión se confrontan con la realidad.
Se presenta en teatros y en plataformas digitales.