Junio es el mes que comercialmente lleva a celebrar el día del padre, a mí me gusta trascender a eso y tomarlo para reflexionar respecto a las masculinidades, a la valentía de algunos de de construir el patriarcado y liberarse, porque si hay alguien que sufre es quien ejerce el machismo dado que es esclavo de sus mandatos.

En este sentido, comienzo afirmando que el machismo no tiene trono solo que se ha aprovechado de sumisiones históricas para posar de “poderoso”, cuando lo que realmente representa son miedos acumulados que se disfrazan de violencias; es momento de que entendamos que las nuevas formas de ejercer las masculinidades son un punto de partida para la real evolución humana, ya basta de normalizar las practicas patriarcales como si fueran lo más saludable para la humanidad.

Por ello, es importante hablar de las nuevas masculinidades o las masculinidades corresponsables, como herramientas esperanzadoras en la apuesta para lograr un mundo en equidad e igualdad, en el cual, los hombres no vean a las mujeres como amenazas y se comprenda que pueden coexistir más allá del dominio como parte de un ecosistema que les permite relacionarse desde las diferencias; se han equivocado algunos criterios que pretenden homogeneizar a los géneros, el concepto de igualdad de género se fundamenta en los derechos y la garantía de estos. En este sentido, las mujeres que exigen sus derechos no pretenden convertirse en el macho ortodoxo; de lo que se trata es de lograr una transformación social en la cual puedan vivir dignamente sin discriminaciones por el hecho de ser mujeres.

Las nuevas masculinidades incluyen a los hombres capaces de comprender el caos del sistema social representado en las diferentes formas de violencias contra las mujeres, que asumen un relacionamiento desde el marco de los derechos y se permiten vivir su energía femenina.

Existen infinitos estereotipos y ataques contra las mujeres establecidos por el patriarcado y este siente incomodidad con las mujeres autónomas, conscientes de sus derechos y que reconocen la importancia de tejer alianzas con otras mujeres para avanzar en propósitos comunes como la reivindicación de los derechos y una vida libre de violencias, dado que esto visibiliza situaciones que históricamente han tenido de cómplice a la impunidad y al silencio social.

De esta manera, es pertinente exponer elementos del libro El segundo sexo (Beauvoir, 1949) , en el cual la autora manifiesta aspectos que nos recuerdan que a pesar de ser un libro del siglo pasado se mantiene vigente, lo cual, informa que urge que se logren cambios. Beauvoir refiere que lo masculino y femenino aparecen como fuerzas diferentes en las cuales lo masculino tiene ventajas y menciona además que la relación de los dos sexos es la de dos electricidades, en la cual, el hombre representa a la vez el positivo, a tal punto que se emplea la expresión «los hombres» para designar a los seres humanos, mientras que la mujer aparece como el polo negativo, dado que toda determinación le es imputada como limitación, sin reciprocidad.

Cierro estas letras afirmando que el machismo no tiene trono y que hay que bajarlo de ese imaginario que ha usado a su favor históricamente, el mundo está despertando y lo está haciendo con esencia feminista y transformadora. Importante contar con la alianza con las nuevas masculinidades.