Esta columna no la escribo solamente porque se conmemoró el día de la Afrocolombianidad, lo cual, es poderoso y sublime, como negra amante de mi origen, aplaudo celebrar la libertad y la merecida terminación de la esclavitud como forma de opresión legitimada; sin embargo, lastimosamente se continúa ejerciendo en cada acto racista y micro-racista que ocurre de diversas maneras, como vestido de “humor” y violencia normalizada.
El tal racismo SI existe y existe con arraigo “rancio” que se niega a desentornillarse, el racismo se reproduce con la legitimación de las discriminaciones, bien lo dijo la maestra Angela Davis “No basta con no ser racista, es necesario ser antirracista”
Quise titular esta columna, con uno de los imaginarios sociales más racistas y negacionistas con los cuales, batallamos quienes estamos en la apuesta de un mundo libre de racismo y respetuoso de las diferencias. Por ello, es importante mencionar algunas premisas racistas, de los mismos creadores de “Ese tal racismo no existe” presentamos “No soy racista, pero...” “Que exageradas ya tienen todos sus derechos” “Ahora quieren que se les de todo, con ese cuento de la reivindicación” “Está de moda el tema del racismo, ahora no se puede ni echar broma porque te demandan” “trabajo como negro para vivir como blanco”
El antirracismo, la reivindicación de los derechos de los Afros, Negros, Palenqueros y Raizales no es una moda, por que tal político, actor, activista lo hace tendencia, es un asunto fundamental para habitar un mundo humanizado y garante de los derechos, derechos que no deben ser un privilegio de pocos sino un universo con acceso para todos, todas y todes, sin distinción de nada, sin derecho de admisión, con boleto directo.
A propósito de llamar exagerados a quienes trabajan por el No racismo, por los derechos humanos y las formas reivindicadoras, la semana pasada la poderosa Gina Eugenia Moreno una profesional, artista y activista rotundamente negra, pidió un servicio Uber en la Bogotá, cuando este llegó le canceló el servicio diciéndole que él no subía gente negra a su vehículo.
No imagino cómo vibraba el útero de Gina, lo que su ser experimentó, cuantos pensamientos y emociones desfilaron por su espíritu, es que esto podría ser increíble, pero lastimosamente es muy creíble, en un país que le ha quedado grande vivir la constitución política de 1991, la diversidad, la igualdad de derechos, la inclusión de todas las etnias, donde todavía sigue siendo algo exótico para muchos ver a una persona con sus atuendos étnicos/ancestrales, con su afro libre, con sus colores, es que eso no es ni debe parecer exótico, no es disfraz, es lo que somos: historia, presente y futuro, es el origen, la esencia y la verdad.
A la fecha, Uber no ha atendido el caso y claro, eso debe ser para ellos una falla menor o ni siquiera una falla, solo una situación más, y no, no es una situación más, es racismo y es una vulneración a los Derechos, es más serio y trascendental de lo que muchos piensan; hay que dejar de ser morrongos dobles moral, con el racismo.
Por ello, el 21 de mayo no es un día más, es una fecha soberana para celebrar el poder Afro, un día para seguir cambiando narrativas racistas y para reflexionar sobre temas que arraigan y normalizan discriminaciones. La diversidad, la pluralidad y la humanidad merecen ser sustentadas en el respeto por las diferencias y en la garantía de derechos para todos y todas, sin importar su etnia, origen, credo o estrato social.
Merecemos vivir en un mundo libre de racismo y violencias, con libertad para el despliegue de talentos y capacidades. Ese tal racismo, si existe. Y negarlo tan solo nos convierte en replicadores de él. ¡Garantía de Derechos YA! Somos historia, presente y futuro.