El canibalismo es tan perverso y dañino como la corrupción, mejor dicho, es una forma de ejercer corrupción, porque interrumpe procesos, dificulta avances, genera un ambiente denso y contagia de pesimismo colectivo, mi mensaje a quienes ejercen canibalismo social, político o cultural, es que basta de tener mentes envejecidas y condenadas al letargo aburrido de la criticadera sin argumentos, que les impide valorar procesos y acciones que aportan a transformaciones sociales.

Es muy lamentable la situación que vivimos, son tiempos de estremecimiento social, el carnaval desbocado de emociones termina en violencias y dificultades para coexistir, mientras unos se quejan otros hacen, mientras unos señalan otros movilizan sueños, esto inevitablemente agota, genera resistencias y dificultades para que las cosas fluyan, es fácil juzgar más cuando no se tiene compromiso alguno, todo lo que se hace les parece inútil, esa es la actitud propia de un – caníbal – que en su ego bastante absurdo posa de tener soluciones pero nunca las acciona, se jacta de exponer retóricas salvadoras y denigrar todo cuanto hagan los demás, sin embargo, su estado permanente es la – quietud – no se mueven a nada y no están dispuestos a perder su – seudocomodidad-.

Lastimosamente de estos personajes está invadida la sociedad y más los territorios tan necesitados y complejos como La Guajira, que lo que requiere son mentes activas y dispuestas a pasar a la acción, desde la unidad, el respeto por las diferencias y la capacidad de entender la interseccionalidad.

De esta manera, es importante llamar la atención respecto a la importancia de cambiar esquemas obsoletos que solo se argumentan en pretensiones necias, las cuales, consideran solo su forma de pensar como válida; el mundo va a toda prisa y se requiere dejar de pensar en clave individualizada para trascender a lo colectivo y diverso, porque no solo los temas que nos movilizan en particular son los importantes sino todo un universo de temas que transitan por lo político, económico, social, cultural, artístico, científico, histórico, entre otros.

Es momento de crecer como personas y potenciarnos como sociedad, no vamos bien eso está claro, eso se confirma solo con leer las redes sociales y la facilidad con la cual, se ataca todo, se denigra, se normaliza el racismo, la homofobia, se denigra lo que otros hacen sin límite alguno, perdiendo el respeto y la cordura; lo cual, representa la radiografía de que no estamos bien y que al parecer no estamos haciendo mucho por cambiar eso; lastimosamente parece natural y apropiado regar veneno, contagiar a otros de desesperanza, afianzar el caos y resignarse a que nada puede cambiar.

El canibalismo debe ser una práctica que se erradique, porque el caníbal ni avanza ni deja avanzar, hace ruido, alborota, distrae, pero no aporta, al final solo logra instalar su letargo en todo, ya basta de envidias, resentimientos y ganas de que a todos les vaya peor que a ellos mismos, los caníbales deben dejar la mala costumbre de asegurar que a nadie les vaya mejor que a ellos, que esa ya no sea su única misión y reconcilien con el mundo actual que propone vivir en comunidad como herramienta de fortalecimiento social.

Si la corrupción ha empobrecido a los pueblos, el canibalismo social, político, cultural los ha instalado en la absoluta involución, es momento de generar transformaciones con acciones contundentes que respondan a la rehumanización y al respeto genuino como humanidad diversa, diferente y racional.