¿Cuál es el origen del ‘besamanos’? Darío Diago, B/quilla
El besamanos era un acto solemne al que concurrían el estamento oficial, dignatarios y algunos lagartos para mostrar su adhesión a la institución de la monarquía, al rey y a damas allegadas, a quienes, al momento del saludo, les hacían una venia y les besaban la mano. Hoy esta ceremonia está circunscrita a la realeza internacional y a las recepciones de Estado de países monárquicos. Una versión dice que la instauraron los persas, que usaban el beso como saludo, pero cuando se trataba del rey, dependiendo del rango, le besaban la mano o le hacían una reverencia o se arrodillaban o se prosternaban. Otra dice que en las audiencias, griegos y romanos rozaban con la mano la ropa del monarca y luego la llevaban a la boca, la misma acción de muchos cuando se persignan. Hay otro tipo de besamanos, que es la costumbre, hoy en desuso, de saludar a una mujer, casada y con visos de gran dama, tomando su mano, haciendo el ademán de llevarla a la boca sin que los labios la toquen y efectuando una ligera venia.
¿Al fin, cómo es: carimañola o caribañola? Carlos Pinilla V., Bogotá
En Crónica de una muerte anunciada, García Márquez dice: “Ella solía invitarlo a desayunar en nuestra casa cuando había caribañolas de yuca y mi madre las estaba haciendo esa mañana”. En el Gran libro de la cocina colombiana, registrada como vianda barranquillera, también aparece escrito caribañola. En el Lexicón de colombianismos figuran caramañola, carimañola y caramayola, y dice que el nombre quizá “proceda de alguna semejanza de la forma de la empanada con la caramañola, cantimplora que usan los soldados para beber”. Todos estos términos, que aluden a la masa de yuca frita rellena de carne o queso, son correctos, aunque el de uso más extendido en Barranquilla es caribañola.
Le oí decir a una española llamada Angustias que su nombre es una ‘advocación mariana’. ¿Qué es eso? HVM, B/quilla
En el caso de los nombres propios, una advocación mariana es una alusión a la Virgen o a sus sufrimientos, atributos, apariciones o milagros, para invocar su protección. La aflicción de María por el prendimiento y crucifixión de su hijo se refleja en nombres como Angustias, Dolores, Soledad, Martirio… Pero no todo son congojas marianas: también existen Milagros, Remedios, Socorro, Mercedes, por Virgen de los Milagros, de los Remedios, del Socorro, de las Mercedes; y también Pura, Auxiliadora, Altagracia, Consuelo…
Nota: Me dice el lector José Antonio Moreno Armella: “Su referencia al cosismo me recordó que, para desestimar alguna propuesta que le plantearan, el presidente Alfonso López Pumarejo decía: ‘Por ahí no es la cosa’. Y santo remedio. Por su parte, el presidente Alberto Lleras –el gran escritor colombiano del siglo XX– para desestimar algo se refería a lo deleznable que podría resultar ‘cosa semejante’, figura que, si cabe el término, utilizó en varios de sus discursos, artículos y editoriales”.
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